Llevamos más de 5 meses de pandemia, muchos días encerrados, preocupados por diversas cosas que al mundo en general y a nosotros mismos nos atañe. Aunado a eso, seguimos escuchando que como sociedad “no hemos aprendido a cuidarnos” y eso nos obligará a extender aún más dicho confinamiento y extender nuestras medidas sanitarias.
Esto, nuestros problemas personales, la falta del “contacto Humano” o exceso de contacto familiar con los que pasamos el confinamiento, esto hace estresar nos más y finalmente nuestro trabajo se mezclan en un coctel de terror que pareciera interminable y sin poder avanzar.
Últimamente en diversas conversaciones he escuchado a varios interlocutores que hablan de que el tiempo y espacio dejó de tener fronteras, en donde todos los días y en todo momento es bueno para trabajar, tener juntas y desarrollar conversaciones laborales que ayuden a mitigar un poco el nerviosismo de “seguir avanzando”. Esto no es malo desde el punto de vista de querer cuidar su trabajo, o simplemente, buscar ser mejores, lo complicado en todo esto, es que se están rompiendo líneas y comportamientos para llegar a esto momentos y reitero, no de una forma óptima. Límites que ya se tenían establecidos por los contratos laborales o simplemente poder salir de tu oficina y entrar a otro entorno.
Y sobre todo, el humor en general no es bueno ni alimenta nuestro ser creativo que nos ayude a avanzar más rápido y mucho más eficientemente. Ante una nueva normalidad con un futuro incierto, ¿Cómo recuperar energía y seguir avanzando?
Por lo cual es importante darte una pausa, y revisar cómo estás y en dónde estás parado y sobre todo, hacia donde quieres avanzar. Aquí te enlisto algunos puntos que debes considerar en tu pausa para ajustar y seguir avanzando.
- ¿Que no está funcionando en tu día a día y por qué?
- ¿Qué no has hecho todavía en tu vida cotidiana?
- Reconoce los fracasos como algo que aprender y ajustar
- Define proyectos y crea nuevos, con tiempos estimados, no todo es para hoy, ni todas las horas son ideales para hacerlos.
- No te enganches en discusiones o eventos que no te nutren y detienen tu crecimiento
- ¿Has mejorado tus relaciones personales y de trabajo? ¿Por qué?
- ¿Olvidaste el optimismo y el “cómo si”?
- Haz algo por los demás, por más pequeño que esto fuera.
- Define un espacio diario para ti, solamente para ti, tu elijes que hacer.
Desde hace tiempo se habla mucho de “escribir o leer un libro” y otras actividades sin embargo esto es solo una sugerencia, lo que si es importante, es definir nuestra cotidianeidad con procesos y horarios específicos para poder ajustarnos a un estilo de vida diferente al conocido.
Y no nos dejemos llevar por la histeria colectiva que si bien, en general se torna pasivo-agresivo, se vuelven gotas de agua que van llenando un recipiente a punto de derramarse y tornarse en cólera.
Sabemos que esta pandemia nos ha hecho diferentes, pero depende de nosotros no dejarnos llevar y terminar en un futuro desconocido, o tomamos lo bueno y lo malo de esta, y la usamos para nuestro beneficio.
Se vale tomar un tiempo para nosotros y revisar como en “corte de caja” qué hemos hecho bien, qué nos gustaría ajustar y qué definitivamente no debemos hacer mas.
Respira profundo y vuelve a empezar, es decir, nada está perdido y seguro sin que te des cuenta, has aprendido mucho. Los errores y la incertidumbre nos hacen más fuertes y sobre todo más consientes de en donde estamos, lo importante es saber hacia donde queremos ir y como queremos vernos en un futuro cercano y lejano. Si lo piensas positivamente los cambios crean necesidades nuevas y nos hacen crecer como personas y por ende como profesionales.
No pierdas la fe en ti, y contagia a todos los que están alrededor tuyo, es la mejor forma de cambiar las cosas. De esta manera, es como los líderes contagian y cambian pensamientos, deseos e ideales de todos los demás.
Y tú, ¿cómo construyes tu imagen?