Los centros comerciales, suelen ser concebidos desde la estructuración arquitectónica y los almacenes que en ellos reposan, desde ahí es que la estrategia de marketing parte para lograr un tráfico de personas al lugar, logrando que estos tomen sus decisiones de compra.
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En tal sentido, el marketing en los centros comerciales suele fallar y convertirse en un punto frágil a la hora de tomar decisiones, por parte de los gerentes de marca.
Así, lograr el éxito en la generación de tráfico de clientes impactando su emocionalidad, no es tarea fácil y requiere de un proceso de conceptualización que facilite la estructuración de un público objetivo, que va más allá de la segmentación basada en variables demográficas; el centro comercial tiene una connotación importante, porque es donde el consumidor va a buscar no sólo algo nuevo, un producto para comprar, el centro comercial no es solo eso, es un centro de entretenimiento.
En tanto, posibilita a los clientes tres factores:
I. La capacidad de sorprenderse: las personas suelen fascinarse con lo diferente, los centros comerciales deben tener la capacidad de sorprender, a los clientes les gusta descubrir, reconocer, curiosear y esto es justamente lo que facilita el éxito del marketing en los centros comerciales. Entre más innovación y sorpresa allá, más vas a incentivar la visita.
II. El entretenimiento: las personas prefieren alardear por fuera de lo que hacen en su cotidianidad, es mejor contar como se divirtieron en un centro comercial, cuantas risas y fotos se tomaron, que hablar de su trabajo porque suele tornarse aburrido; así que el entretenimiento se convierte en la respuesta de la pregunta: ¿Cómo romper la rutina? ¿Qué hago de diferente?
III. El niño: los niños, facilitan la decisión del lugar de visita, ellos tienen el poder de elegir, no sólo lo que les sea atractivo a la vista, si no también ese espacio que permita llevar a cabo su socialización, hacerlo sentir independiente, que puede conocer sin alejarse de su entorno familiar.