El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá o T-MEC, es uno de los acuerdos que ha llevado un largo tiempo de negociaciones. México buscó reforzar el capítulo energético, facilitar la integración en infraestructura de telecomunicaciones, y fortalecer la propiedad intelectual.
Hay que recordar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó como “el peor acuerdo comercial” de su país con México y Canadá. Sin embargo, luego de una serie de negociaciones, Trump asegura que se trata del “mejor y más importante acuerdo comercial de su país”, debido a que el nuevo tratado apoya a agricultores, fabricantes, al sector energético y a los sindicatos estadounidenses.
Gustavo de Hoyos, presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), señaló que los empresarios fueron marginado” en las negociaciones, debido a que el acuerdo no contó con el consenso de los sectores productivos del país de principio a fin.
Luego de la firma del T-MEC, el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Jesús Seade, se reunió con el negociador norteamericano, Robert Lighthizer, para expresarle el rechazo al amago del Gobierno de Donald Trump para enviar cinco agregados laborales a su embajada en México, con el fin de realizar una supervisión estricta sobre la implementación de la reforma laboral.
Se envió al Congreso de Estados Unidos cinco agregados para ratificar el T-MEC, que no forman parte del Tratado firmado por los tres países, con lo cual no se aceptará que Estados Unidos despliegue agregados laborales en México, así como la visita de inspectores estadounidenses cada seis meses al país para vigilar el acuerdo. “Eso no se acordó, esto sale de manera clandestina”, dijo el presidente de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con Emilio Álvarez Icaza, el único senador que votó en contra del Tratado, la mayoría de los senadores no conocían los textos que aprobaron, “los famosos anexos jamás los tuve en la mano”, dijo en entrevista con Azucena Uresti.
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