La primera instalación interactiva en el exterior que conectó dos continentes, específicamente a Amsterdam y Nueva York, fue la creativa acción que sorprendió a los transeúntes de ambos lugares, ya que sin pensarlo pudieron interactuar entre ellos a través de una aparente vending machine.
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La iniciativa estuvo a cargo de la agencia Eigen Fabrikaat en Amstelveen y de KLM. Consisitió en colocar dos instalaciones interactivas que literalmente permitían echar un vistazo al otro lado del charco. Pero también daba la oportunidad de que las personas que se enfrentaron cara cara pudieran conversar, jugar y reír.
Pero como toda activación hubo un reto, que tanto citadinos de Amsterdam como de Nueva Yor hiciera un “cinco perfecto” con sus manos a través de la pantalla. Hecho que puso el toque a la diversión.
Entre ambos lugares hay una distancia de 3 mil 613 millas, mismas que gracias a la creatividad y a las acciones Below the line pierden sentido.
