Estamos en el primer semestre del año, con muchos cambios estructurales en general, en el mercado, en el entorno, etc. Y esto no es nuevo, muchas marcas, compañías, y entidades han puesto de una u otra forma “freno de mano” a sus iniciativas de crecimiento y de negocio hasta no entender mejor las nuevas reglas económicas en el mundo y nuestro continente.
Aunado a eso, los cambios estructurales que la sociedad sigue viviendo y transformándose, todo es constante movimiento y cambios de muchas formas. Mirémoslo en perspectiva, son demasiados cambios y ajustes no controlados, por lo cual, pareciera que es común que a nuestros planes los proyectos se “caigan o se detengan” y se cumplan de diferente forma o manera.
Lo que es indudable, es que estos cambios provocan ajustes en todo nuestro trabajo y visión que tenemos del mismo. Incluso la vida misma; y más allá de provocar estrés, nos genera incertidumbre en todos los sentidos, cuestionando si nuestros planes se llevarán a cabo o se terminarán como no lo habíamos deseado o propuesto.
Surgen preguntas tales como: ¿Qué debo hacer?, ¿En dónde estoy mal?, ¿Qué paso?, ¿para dónde vamos?, etc,
Preguntas que de nuevo, generan estrés y que de una forma u otra son inmediatas y contundentes, pero que también viendo del lado positivo, pueden ser detonadoras de un cambio en nuestro comportamiento. Lo importante es estar atento a las pequeñas señales que te manda la vida, el mercado, tus clientes o tus consumidores. Todos de alguna manera pueden enviarte señales de que las cosas no están bien y debemos cambiar.
Por lo cual, hacer una revisión de tu plan, tu desarrollo o tu implementación, es válido e importante, monitorear tus grandes anclas de comportamiento y visión seguramente te harán reflexionar. Y no está por demás, verificar tu estado actual y revisar cual punto ha desaparecido por completo o se transformó en algo que no estaba planeado en tu maravilloso plan de negocio, o inclusive, de tu vida.
He aquí algunos puntos básicos que pueden revisar, medir y monitorear, estos puntos pueden dejarte claro si las cosas van “caminando” o verdaderamente necesitan un ajuste:
1.- ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Es fácil llegar a ellos? Hacia donde pretendes llegar con estos, y ¿van en el camino correcto?
2.- ¿Los procesos van bien, es decir, en orden y caminando? Cuáles son las variables que provocan los cambios, las aplico, las libero, o ¿qué debo hacer?
3.- ¿Has mantenido el enfoque en el proceso o en el resultado? ¿Y que peso de tu tiempo le das a supervisar, dirigir, delegar?
4.- ¿Qué es lo que pasa en el entorno que puede ayudarte a crecer o decrecer tus objetivos?
5.- ¿Sigues pensando en grande? O ¿piensas en que lo “objetivo” es lo que debe predominar?, pues esto último puede desilusionar y hacer que todo el equipo pierda el interés y la atención.
6.- ¿Crees que las cosas seguirán su rumbo sin alteraciones? O ¿es viable ajustar el rumbo de acuerdo con el entorno y las nuevas reglas que aparecen al día a día?
7.- ¿Tu equipo como esta? ¿Comunicaste lo suficiente tus objetivos y tus necesidades a los involucrados? ¿Siguen emocionados?
8.- ¿Cambiaron tus audiencias, tus consumidores, tus proveedores? ¿Cambiaron sus necesidades? ¿Qué cambiò?
9.- ¿Tu desarrollo, se parece a tu plan inicial? ¿es tiempo de ajustarlo?
Y puede haber más cuestionamientos sobre nuestro performance, nuestra visión de negocio, y sobre todo nuestros objetivos. Pero es indudable que debemos mantener la calma, y ser muy claros en lo que queremos y debemos hacer como líderes.
Recuerden que un líder, aún en las peores pesadillas, dirige al grupo o equipo al lugar ideal y deseado, no importa los pormenores del camino. No olvides que entre menos puntos a enfocar, será más contundente el resultado, muchos objetivos, pueden alterar y desenfocar lo que es primordial y básico.
Y aquí lo más importante, ¿cómo está tu vida? ¿Cumple con tus expectativas de hace años? O necesita una revisión como si fuera un plan de negocios en el cual seguramente necesitara un pequeño ajuste para hacerte brillar otra vez.
Al fin todo es imagen y esta construye de manera positiva o negativa, como quisiéramos verla, tomarla y disfrutarla, ¿no te parece?
Y tú, ¿cómo construyes tu imagen?