En noviembre de 2014, la marca de chocolates Crunch la regó en Twitter al tratar de darle un giro cómico a una tragedia nacional: los 43 normalistas desaparecidos.
A pesar de que la marca se disculpó, su reputación mermó considerablemente y al día de hoy, Crunch es claro ejemplo de lo que no se debe de hacer en redes sociales.