Un trabalenguas llamado PET que envasa ideas, experiencias y conceptos

De nada sirve saber vender un gran concepto , si no resuelves de manera práctica cómo lo entregas al cliente. Cómo vives esa intimidad final y después de la compra, en dónde hay un diálogo real entre el cliente y el producto.

Por favor no se olviden del envase, y de paso, de los clientes

Por: Paco Santamarí­a
Correo:[email protected]
Twitter: @pacosantamaria

Polietileno Tereftalat, sí­ así­ de impronunciable es el PET. Material plástico que es producto derivado del petróleo. Un poliéster que desde finales de los años setenta llegó al mercado. Con ventajas y desventajas, para las marcas es una forma muy práctica de resolver retos de logí­stica. Porque es un material maleable y al mismo tiempo fuerte.

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Costos accesibles con materiales resistentes. Tan importante es un envase para una marca o un producto, como lo es la idea de comunicarlo o promoverlo. Esta rama del diseño de producto, que implica seleccionar un método o formato de envase adecuado y adaptable a las circunstancias del producto, es tan importante como poco glamorosa. Además es necesario tomar en cuenta el momento que está viviendo la marca en la mente de los clientes y su contexto.

De nada sirve saber vender un gran concepto , si no resuelves de manera práctica cómo lo entregas al cliente. Cómo vives esa intimidad final y después de la compra, en dónde hay un diálogo real entre el cliente y el producto. Podrás invertir millones pero si no consumas esa comunión final, el cliente no te comprará jamás.

Por esto hoy decidí­ hablar del PET, porque es más importante de lo que parece y más clave de lo que imaginamos, ¿Hacia dónde irá la industria de los envases? Pues se dirige sin duda a la sustentabilidad, a la responsabilidad ambiental y al origen. Para allá van todos y los que no lo entiendan, están nadando contra la corriente.

Por eso, marcas como Ciel de Coca-Cola, generan estas conversaciones y le dan su peso especí­fico a los materiales y al envase de su producto: el ya famoso PET. Y lo resolvieron bien, porque de algo tan aburrido como la historia de un poliéster, generaron una buena conversación y una campaña. No sólo para beber agua, también para ser responsables con los desechos de los que compramos.

Aprovecharon el momentum del cliente y generaron una interacción con acciones de BTL correctas y reales. Así­ , como son los clientes. Aquí­ va el video de Paulina Dí­az que es en parte culpable de generar estas conversaciones con sus clientes y su producto: Agua Ciel. Dí­ganme que opinan.

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