Cómo sobrevivir en este entorno de lo desechable
Por Jaime Torres Fidalgo
“En el futuro, todo mundo podrá ser famoso por 15 minutos” dijo Andy Warhol a finales de los años sesenta, en el siglo pasado. Y cuan visionario fue este gran artista de la cultura POP, al describir en una sola frase la tendencia de la comunicación de hoy en día. Comencemos por los medios, como BIg Brother, La Academia, American Idol o muchos otros programas y reality shows que están enfocados en crear celebridades de la nada, para después de un corto período dejarlas en la misma situación en la que estaban. Sólo algunas, las más fuertes, como sucede en la naturaleza, logran sobrevivir a esta sociedad de salvaje consumismo.
Lo mismo sucede con la comunicación comercial y la mercadotecnia hoy en día. Estamos expuestos a un sinnúmero de mensajes y una cantidad cada vez más creciente de medios de comunicación, por lo que al igual que ese slogan de Coca Cola, terminamos sólo tomando lo bueno. Es decir, lo que nos sirve en el momento, lo que nos llama la atención, lo que nos gusta, hasta que llega otro concepto, otro mensaje, otra marca y ocupa su lugar.
Estos tiempos, en los que los conceptos y personajes son tan efímeros y ya no prevalecen como en su tiempo Julio Regalado, El que se hace chiquito o la niña con una gran boca de la margarina Primavera, solamente veo dos caminos: Uno, reinventarse a cada momento para seguir estando presente en la mente de los clientes. Dos, crear nuevos conceptos (eso sí, con una continuidad y acorde a la evolución de nuestra marca).
Me gusta hacer una comparación con los “antros” o centros nocturnos, los que hoy están de moda, pronto serán desplazados por otros totalmente diferentes y la moda de hoy quedará en el olvido. Por ello, actualmente no basta con crear un concepto, un personaje o una historia lo suficientemente fuertes e impactantes para llamar la atención de nuestro target, además es indispensable planear cual será su evolución a lo largo de los meses y años, para no ser parte de la profecía de Warhol y quedarnos en esos “quince minutos de fama”.
Hey, las grandes marcas lo hacen a cada instante. Pensemos en la evolución de Supermán, Batman, Nike, Mac o Star Wars, por citar sólo algunas. No solamente las marcas o los personajes, sino también sus mensajes. Nacen y mueren para volver a nacer más frescos.
Lo mismo pasa con nosotros, con las compañías, con los restaurantes, con los hoteles, con los productos de consumo y servicio. Sobreviven las camaleónicas estrategias de mercadotecnia capaces de adaptarse al cada vez más cambiante medio ambiente y renacer como si fuera la primera vez, volviendo a llamar nuestra atención y sorprendiéndonos. Olvida el presupuesto, la planeación y la estrategia, si tu mensaje no es capaz de evolucionar eficazmente, seguramente tu marca tampoco.