La tercera entrega de El Juego del Calamar, es decir El Juego del Calamar 3, llegó a Netflix esta madrugada y ya está dando de qué hablar. Con solo seis episodios, la serie surcoreana volvió a sacudir a la audiencia con un final impactante y sin concesiones. Esta vez, la victoria no se mide en sobrevivencia, sino en sacrificio.
El Juego del Calamar 3 fue una competencia más despiadada
Después del intento fallido por desmantelar la organización detrás de los juegos, los sobrevivientes del pasado enfrentan un nuevo nivel de brutalidad. Gi-hun, el jugador 456, regresa a la arena, decidido a enfrentar lo que queda del sistema. Pero las reglas han cambiado: los desafíos son más inhumanos, y los límites morales se desdibujan.
A medida que avanzan los episodios, los jugadores caen uno a uno. Solo tres logran llegar al final:
- La jugadora 222, quien fallece en una de las pruebas, pero deja a su bebé con vida.
- El jugador 333, padre del niño.
- Y Gi-hun, el veterano que ya había sobrevivido una vez.
Un final que lo cambia todo
En la última prueba, la desesperación se apodera de los sobrevivientes. Myung-gi (jugador 333) pierde el control y está dispuesto a matar a su propio hijo con tal de ganar. Pero Gi-hun lo detiene en el último momento, sacrificándose para proteger al bebé. En ese acto final, deja clara su postura con una frase que resuena en todo el episodio: “No somos bestias”.
Así, aunque de forma simbólica, el título de ganador recae en el hijo de la jugadora 222, representando una victoria inesperada y profundamente trágica.
¿Qué pasó después del fin de El Juego del Calamar 3?
Tras la masacre, las autoridades irrumpen en la isla, lo que obliga a los organizadores a huir. El misterioso líder del juego, antes conocido como el jugador 001, aparece una última vez para entregar las pertenencias y el premio acumulado a la hija de Gi-hun en Estados Unidos.
Mientras tanto, en un giro completamente inesperado, una nueva reclutadora entra en escena: una figura internacional interpretada por Cate Blanchett, sugiriendo que el juego podría estar expandiéndose a otros países.
El bebé, por su parte, es puesto bajo el cuidado del detective Hwang Jun-ho, quien recibe también la tarjeta bancaria con más de 45 mil millones de wones. Esta decisión cierra una parte del ciclo, dejando abierta la posibilidad de una nueva generación de jugadores… o de resistencia.
Un rayo de luz en medio de la oscuridad
Pese al tono sombrío de la temporada, hay momentos de redención. Kang No-eul, una de las vigilantes del juego, deserta y cumple una promesa personal: salvar al padre de una niña con cáncer, devolviéndole algo de humanidad a este mundo cruel.
¿Habrá más?
Aunque la temporada 3 ofrece un cierre contundente, los cabos sueltos y la presencia de nuevos reclutadores sugieren que la historia aún no ha terminado. Por ahora, el bebé sobreviviente representa la esperanza, pero también la incómoda verdad de un sistema que, aunque herido, sigue acechando.
Con información de Cesar Eduardo Torres Vargas/ merca20.com
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