El marketing es un área de conocimiento que ha estado en constante evolución, desde sus orígenes y hasta nuestros días. Basta recordar que en un principio esta materia estaba centrada en producir, para después encontrar un consumidor; posteriormente buscó concentrarse en el proceso de venta y finalmente lo hizo en el cliente. Cada una de estas transformaciones está centrada en las necesidades del consumidor, quien usualmente era definido por un target para poder generar campañas o estrategias; no obstante, esto ya no es suficiente.
Es bien sabido que para definir el target con el que se trabajará en una determinada campaña o estrategia de marketing, se toman en cuenta aspectos como la demografía, el nivel socioeconómico, la edad e incluso el nivel de estudios. No obstante, esto nos da una perspectiva basta superficial del público con el que nos queremos comunicar como marca o como agencia.
Por este motivo, algunas marcas y agencias consideran que el modelo del target ya ha sido superado por otros como el de la buyer persona, que nos brinda un conocimiento mucho más puntual no sólo sobre la demografía y edad de una persona, sino también sobre cuáles son sus principales pasiones, gustos, preferencias, necesidades e incluso, de ser posible, su personalidad.
Toda esta información será de gran ayuda para generar estrategias de comunicación mucho más específicas y estrategias, basadas en el conocimiento profundo de nuestros clientes, las cuales, sin duda, serán mucho más efectivas y certeras.
Por ejemplo, si contamos con información de cómo se comporta nuestro cliente y de qué es lo que se apasiona, se puede generar una estrategia en redes sociales donde las publicaciones no sólo estén alineadas a los valores de la marca, sino que también estén orientadas a conectar a través del tono y del mensaje con nuestro público meta.