Search
Close this search box.

Modelos ágiles y su importancia en esta sociedad líquida

María Elena Betancourt, columnista de InformaBTL

Como ya lo mencioné, la sociedad siempre está en constantes cambios y movimientos. La tecnología nos ha hecho evolucionar en muchos aspectos, sobre todo en el laboral. Los modelos de trabajo cambian por obvias razones, lo que alguna vez funcionó, ahora es obsoleto, los pensamientos, estructuras, organigramas, etc., se modifican de acuerdo a las necesidades de la sociedad y hoy estamos en la época de la sociedad líquida. 

Bauman, sociólogo polaco que acuñó el nombre “líquido”  al amor, a la educación, a la modernidad y a la vida misma. Se refiere a ella como el cambio, la transitoriedad, la desregulación y la liberación de los mercados. Ante el desarrollo de la ciencia y la tecnología así como el de la política y de la economía, se ha abierto una brecha enorme entre todo aquello que nos mantenía unidos como sociedad. El hombre en la búsqueda de su individualización y emancipación, se ha despreocupado por lo que sucede a su alrededor. Sólo se ocupa en su bienestar y satisfacción personal. Genera una ruptura con las instituciones y las estructuras. Rechaza los patrones establecidos lineales, etc. 

En la modernidad cada uno crea su propio molde para determinar sus decisiones y forma de vida. Recuerdan cuando Bruce Lee en su última entrevista dijo, “Be Water My Friend,” entendiendo que es la única forma de poder adaptarse a los cambios que se necesitan. Bueno, pues a esto se refiere este concepto, y aunque Zygmunt lo reprobaba, no podemos evitar su presencia y por lo tanto las modificaciones que han acontecido debido a ésta.  En la vida líquida, ya no existen los aspectos sólidos (aunque se lea totalmente obvio), ahora todo es cambiante y con un límite determinado, es efímero y por lo mismo no podemos engancharnos a nada. Nos adaptamos al molde que se necesite, fluimos como el agua sin dejar huecos. En cambio los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo, no hay modificación en su estructura pues son inmóviles. 

Esto ha generado como consecuencia que en el ámbito laboral haya un enorme cambio. Ahora los modelos tienen que ser mucho más ágiles, cortos y efectivos, sin tantos procesos, que la adaptación de los empleados sea enorme para trabajar en situaciones en constante cambio, en roles y puestos diferentes. Con una enorme productividad para satisfacer con mayor inmediatez (porque también estamos en la época de la inmediatez, pero de esa hablaré en otro artículo), las exigencias del ambiente.

Las metodologías ágiles surgieron en los noventas como solución para los nuevos retos del siglo XXI, como el internet. Empresas de software como SCRUM, XtremeProgramming, KanBan, etc., comenzaron a clasificar etapas de los proyectos en bloques para optimizar recursos y prioridades. De ahí se adaptó a todo tipo de industrias y ahora es parte de RRHH con el objetivo de generar una interacción más amigable con los empleados y los procesos,  aportar un valor a los clientes desde el primer momento y recibir un feedback continuo para conocer sus necesidades, así como la creación de equipos de alto rendimiento, comprometidos y motivados. Se sitúa al empleado en el centro y de principio a fin, se le dan las herramientas para construir soluciones eficaces, que sea capaz de hacerse valioso en diferentes puestos y situaciones. Se remplaza la verticalidad de los entornos tradicionales de trabajo por una horizontalidad que ayude a descentralizar la información, etc. 

Hay un sistema derivado de 12 principios declarados como el “Manifiesto Ágile”, que es como la receta para poder llevar a cabo el método de manera efectiva:

  1. La mayor prioridad es satisfacer al cliente mediante la entrega temprana y continua de software con valor. Darle gusto al cliente es lo más importante en cualquier empresa bajo cualquier modelo, sin embargo, éste se refiere a conocer verdaderamente la necesidad y esto sólo se da por medio del intercambio de ideas y retroalimentación de éstas. 
  2. Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del desarrollo. Los procesos ágiles aprovechan el cambio para proporcionar ventaja competitiva al cliente. Gracias a ese feedback, se puede replantear las necesidades, en lugar de entregar con errores hasta el final; en medio del proceso, se cambian las cosas para llegar al objetivo. Esto no se ve como un trabajo perdido, sino como un aprendizaje adquirido para conseguir el resultado.
  3. Entregamos software funcional frecuentemente, entre dos semanas y dos meses, con preferencia al periodo de tiempo más corto posible. Entregar el programa funcional que permita comprobar la realización del trabajo y sobre todo la adquisición del feedback. 
  4. Los responsables de negocio y los desarrolladores trabajamos juntos de forma cotidiana durante todo el proyecto. Si desde el comienzo se trabajó en unión, se evitan gestiones intermedias que distorsionen los procesos, los objetivos son más claros y el equipo va alineado a éstos. A diferencia que se haga en segmentos y se pierda la continuidad. 
  5. Los proyectos se desarrollan en torno a individuos motivados. Hay que darles el entorno y el apoyo que necesitan, y confiarles la ejecución del trabajo. Somos seres humanos con un autoestima en la que recae nuestro desempeño, por lo que si tenemos la motivación necesaria para continuar con los procesos, sin importar los resultados, es mucho más factible que éstos sean positivos. Ya que nuestra autonomía y perseverancia nos permitirá realizarlos. Siempre he pensado que si la motivación es la adecuada, cualquier paradigma desaparece. 
  6. El método más eficiente y efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo y entre sus miembros es la conversación cara a cara. Esto se ha vuelto un problema gracias a la cantidad enorme de apps que hay, sin embargo, cuando te das el tiempo y el espacio para poder solucionar algo de frente, los resultados son mejores. Puede ser más rápido si la dirección es la correcta y más eficiente pues se eliminan brechas de comunicación no verbal. 
  7. El software funcionando es la medida principal de progreso. Comprobar el buen uso de la práctica, el avance de las tareas, evitando criterios subjetivos y personales que limiten el progreso. 
  8. Los procesos ágiles promueven el desarrollo sostenible. Los promotores, desarrolladores y usuarios debemos de ser capaces de mantener un ritmo constante de forma indefinida. Los tiempos se acortan al adquirir una simetría por la pericia y por el buen funcionamiento de los procesos.  
  9. La atención continua a la excelencia técnica y al buen diseño mejora la agilidad. Cuando te enfocas en la mejora, lo procesos son más sencillos pues la continuidad de éstos generan un patrón que es fácil de medir y de comprobar. 
  10. La simplicidad, o el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado, es esencial. Las tareas sencillas hacen posible la ejecución, si no lo son, deberán de ser divididas hasta reducir el nivel de complejidad, y así el riesgo de su fracaso. 
  11. Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos auto-organizados. La autogestión de los equipos, evitando jerarquías que generen dependencia entre los colaboradores y fomenten una asertiva repartición de responsabilidades. 
  12. A intervalos regulares el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para a continuación ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia. Adaptarse a las diferentes circunstancias que vayan surgiendo e ir mejorando el rendimiento, claro, gracias a la reflexión en equipo para buscar la mejora efectiva y evitar cometer errores, aprendiendo de éstos. 

Este modelo ha generado mucho éxito en empresas importantes como Microsoft, Google, Facebook, Amazon, etc., no sólo por su hermoso enfoque humanista que le genera un gran valor a la empresa, sino también por romper paradigmas y ser un modelo totalmente diferente y transversal que va de la mano con los cambios sociales que se presentan. Claro esto es un problema, para los tradicionalistas que se rehúsan a creer y a confiar en su método divergente. La cultura de la organización debe evolucionar, ser más eficiente y rápida, con una capacidad de adaptación enorme. Pero el cambio es difícil para muchos; antes de implementarlo en una empresa es indispensable, trabajar con la reticencia a la transformación. Redefinir el ¿por qué? y el ¿para qué? de la compañía. Como consultora, me he dado cuenta que lo que puede ser una buena inversión, se queda en un gasto porque no se implementó antes una estrategia de cambio y aceptación en los empleados. Aunque ya la mayoría son Millenials y esto es una gran ventaja para este modelo, pues la adquisición de éste es inmediata, sin embargo, cuando aun tenemos personal como Baby Bommer´s y Generación X, pues sí es necesario una intervención antes de la implementación. 

Ya somos parte de la sociedad líquida, no podemos ir en contra de la corriente, lo mejor es formar parte de ésta de manera inteligente y asertiva. Les dejo la cita completa de Bruce Lee para inspirarlos un poquito:

Don´t get set into one form, adapt it and build your own, and let it grow, be like water. Empty your mind, be formless, shapeless, like water. Now you put water in a cup, it becomes the cup; You put water into a bottle and it becomes the bottle; You put it in a teapot and it becomes the teapot. Now water can flow or it can crash. Be water, my friend. 

Sé parte de InformaBTL

Únete a más de 25 mil lectores

Regístrate a nuestro newsletter en la siguiente forma y recibe a primera hora las noticias más importantes de marketing de consumo, BTL y retail tu correo.

Populares

Contenido Premium

Más sobre Below The Line

Artículos relacionados

You don't have credit card details available. You will be redirected to update payment method page. Click OK to continue.