La cuesta de enero no es otra cosa que la baja en el consumo derivado de una disminución del poder adquisitivo de los consumidores una vez que en diciembre gastaron la mayoría de su presupuesto. A eso se le suma el hecho de enfrentar nuevos gastos, más aún si se presentan alzas de precios o nuevos impuestos.
Enero es un periodo difícil para las amas de casa, quienes se ven en la necesidad de administrar muy bien el gasto y por ello regresan a los productos básicos. En este sentido, se trata de un mes clave donde se debe definir cómo hacer rendir el dinero.
Como consecuencia de la etapa navideña, donde los mexicanos gastan más de la cuenta, tiene lugar la llamada “cuesta de enero”, un período marcado por el incremento de precios y una disminución del gasto en categorías de consumo masivo.
El mes de enero es, sin duda, todo un reto en muchos aspectos. Desde poner en perspectiva el negocio para todo el año, empezar la ejecución de los planes, hasta poner en práctica los buenos propósitos de año nuevo como “retomar el gimnasio”. Para el Shopper también es un mes lleno de retos, donde hacer rendir su dinero es clave.
Iniciamos el año con muy buenos propósitos pero con un menor poder adquisitivo y con algunos “kilos de más”. Todo el mundo nombra a este mes como “la cuesta de enero” y seguro hay mucho de verdad en denominar este mes de esta forma.
InformaBTL se dio a la tarea de documentar los comportamientos más relevantes del consumidor mexicano durante la temporada decembrina. Asimismo, se fijó la meta de identificar el impacto directo de dicho gasto durante la llamada cuesta de enero.
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