El marketing ha intervenido todos los procesos humanos, donde el consumidor socialice es común que la promoción de las compañías haga presencia y no por una necedad empresarial, sino porque así tiene que ser, para lograr un verdadero impacto en la conducta de compra.
A la hora de comprar, las emociones lo son todo, siempre hay una justificación racional que nos escuda cuando compramos.
No hay nada más difícil que hacer marketing navideño, las marcas siempre procuran hacer estrategias “emocionales” que se resumen en lo mismo: descuentos, así no hay cómo diferenciarse de la competencia.
En mi ejercicio como docente veo que los estudiantes de mercadeo próximos a graduarse, se sienten confundidos, cada vez menos encuentran el soporte científico de esta disciplina, la hallan tan vacía y amplia, llena de juicios de valor,
A menudo escucho decir entre expertos en marketing colombianos que: “El consumidor se volvió infiel” y está situación cuestiona, no sólo porque en esta frase se refugian las desacertadas estrategias promocionales que las marcas llevan a cabo para atraer al consumidor, sino porque en realidad se creen el cuento de que el consumidor se volvió infiel.
Existen miles de técnicas y conferencistas que he conocido que explican y tienen las claves para conocer el consumidor, siempre hay una respuesta para todo, comúnmente basada en la investigación de mercados como un plus diferencial de la marca, he escuchado algunos expertos decir: “El plus de tu marca está en el conocimiento que tengas del consumidor”.
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