La península ibérica vive este lunes una jornada de desconcierto sin precedentes. Un corte masivo de suministro eléctrico dejó sin luz, internet ni servicios básicos a millones de personas en España, Portugal e inclusive el sur de Francia, alterando drásticamente el funcionamiento cotidiano de dos naciones cuya población conjunta supera los 50 millones de habitantes.
La interrupción, que se produjo hacia las 12:30 horas (10:30 GMT), evidenció la vulnerabilidad de los sistemas interconectados europeos. Datos de Red Eléctrica Española (REE) revelan una caída súbita de la demanda energética —de 25,184 megavatios a apenas 12,425—, fenómeno que provocó la paralización inmediata de trenes y metros, la suspensión de vuelos, la detención de servicios judiciales en Portugal, y el colapso de semáforos en múltiples ciudades. Aunque las bolsas europeas resistieron la conmoción operando con normalidad relativa, las acciones de compañías energéticas, como Redeia e Iberdrola, registraron pérdidas notables, evidenciando el impacto sistémico del suceso.

Portugal, por su parte, experimentó afectaciones en Lisboa y diversas regiones norteñas y sureñas. El distribuidor E-Redes, obligado a implementar cortes controlados para proteger la estabilidad de la red, apuntó a un problema en el sistema eléctrico europeo, con origen aparente en España. Autoridades lusas, citadas por medios locales, señalaron además que áreas de Francia también sufrieron alteraciones.
La gravedad de la situación obligó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a suspender su agenda oficial y convocar de inmediato al Consejo de Seguridad Nacional. En su visita al Centro de Control de Red Eléctrica, Sánchez instó a evitar conjeturas apresuradas, recordando que todas las hipótesis —incluido un eventual ciberataque— se mantienen abiertas en tanto se esclarecen las causas del incidente. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, acompañó al presidente en su revisión in situ de la crisis.
En paralelo, el operador ferroviario Adif suspendió todos los servicios de trenes a nivel nacional, apelando a la responsabilidad ciudadana para evitar desplazamientos innecesarios. La caída de la red eléctrica impactó también en los sistemas de comunicación: cajeros automáticos, pagos electrónicos y telefonía móvil sufrieron interrupciones parciales en varios puntos de España y Portugal.
Una falla eléctrica afecta a varios países de Europa, incluyendo España, Portugal, Francia, Andorra, Finlandia, Países Bajos, Italia y Suiza.
El colapso se extiende a calles sin semáforos, sistemas de Metro y trenes paralizados, además de cortes en las comunicaciones.… pic.twitter.com/byAfOBe5n6
— Radio i99 (@Radio_i99) April 28, 2025
Según el director de Servicios a la Operación de Red Eléctrica, Eduardo Prieto, la recuperación total del sistema podría tardar entre seis y diez horas. El experto describió el apagón como una “incidencia absolutamente excepcional”, atribuida a una oscilación súbita en el flujo de potencia de las redes, un fenómeno cuya raíz aún se investiga.
Pedro Sánchez advirtió sobre “horas críticas” por delante y pidió a la ciudadanía un uso racional y breve de las telecomunicaciones para evitar la saturación de las redes restantes. El Gobierno, mientras tanto, ha movilizado todos los recursos disponibles para restablecer el suministro en el menor tiempo posible.
Este apagón sin precedentes pone de relieve las crecientes fragilidades de las infraestructuras estratégicas en Europa. Las redes eléctricas, vitales para el funcionamiento económico y social, enfrentan desafíos estructurales ante fenómenos imprevistos. La necesidad de invertir en resiliencia, redundancia y ciberseguridad energética se vuelve, tras la lección de hoy, un imperativo estratégico inaplazable.