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Autorregulación: Habilidades Socio-Emocionales, las competencias del siglo 21

María Elena Betancourt, columnista de InformaBTL
La autorregulación es la capacidad de controlar los propios pensamientos, emociones y conductas para expresar los sentimientos de manera apropiada, equilibrada y consciente.

Dijimos que no puedes controlar lo que no conoces no?, Pero ahora que ya tienes ese auto-conocimiento, entonces ya puedes regularte a tu antojo. La idea principal de esto es que tú controles tus emociones como quieras y no tus emociones te controlen a ti.  A la mayoría les pasa lo segundo, porque además pocos cuentan con ese conocimiento. 

La autorregulación es la capacidad de controlar los propios pensamientos, emociones y conductas para expresar los sentimientos de manera apropiada, equilibrada y consciente. Parece fácil pero redirigir pensamientos para cambiar emociones es de las cosas más difíciles que hay. Somos tan necios y nos gusta aferrarnos tanto a nuestro sufrimiento que nos volvemos víctimas.  Decidimos quedarnos con lo que nos hace daño. 

Esta competencia, es algo que desde pequeños deberíamos de aprender. Pero es muy complicado porque requiere de una gran fuerza mental. Tipo jedi. Pero quien tiene el control, tiene el poder para lograr lo que quiera y cuando quiera. 

Sabemos que la información que tenemos de nosotros mismos nos ayuda a comprender cómo nos comunicamos y entonces tener precaución en lo que decimos para no lastimar; también nos ayuda en modular nuestras respuesta corporales, a detener esos impulsos que dañan las relaciones con el exterior. 

¿Cuántas veces no te has arrepentido de algo que dijiste, de las caras que le hiciste a tu jefe o de las reacciones que tuviste con el cliente? ¿Cuántas veces has sido víctima de tus propias emociones? ¿No crees que ya es tiempo de tomar las riendas y el control y empezar a decidir tener pensamientos que te ayuden a la contención y no a la explosión?  Aquí te damos habilidades de autorregulación que te ayudarán a lograrlo. 

1. Metacognición

Esta habilidad es mejor conocida en el área del aprendizaje, pero también tiene cabida aquí, ya que todo lo que hacemos es aprendido y lo que tratamos de hacer desaprender y  aprender a planear, anticipar, reflexionar y corregir el error diseñando un plan de mejora. 

Hay que desarrollar el conocimiento; activar el pensamiento en un sentido más trascendente, es decir, tomar una verdadera consciencia de nuestra capacidad para desarrollar estrategias que nos ayuden a regular nuestros procesos cognitivos, ósea, los pensamientos. Éstos son elaborados por nuestra propia mente y claro hacerlos conscientes implica poder hacer un análisis, de ahí sacar una síntesis, poder generar una comparación entre ésta y las demás para así poder abstraer el resultado y hacerlo nuestro. 

2. Expresión emocional

Ya hablamos de asertividad, ya dijimos que es el punto medio entre no decir las cosas por no querer problemas (pasividad) y decirlas generando problemas (agresividad). Se trata de expresarlas para solucionar, siempre para solucionar. 

Tenía un profesor en la maestría, que siempre decía “la palabra pesa” y claro que tenía toda la boca llena de razón. Pesa porque trae un contenido simbólico, no es sólo una definición y ya, trae una carga significativa de todo lo que vivimos. Y cuando hablamos, podemos matar a alguien con nuestras palabras. Podemos derrumbar instituciones con ellas. Acabar con carreras, con ilusiones, con todo lo que se nos ponga en frente. Por eso es tan importante la auto-regulación. Parece exageración de mi parte, pero no lo es. 

Debemos expresar sin dañar, utilizar las palabras apropiadas, el tono adecuado, con la intención correcta, nuestro lenguaje corporal debe de estar acorde con lo que sale de nuestra boca. Es nuestra prerrogativa expresar lo que sentimos pero ese derecho acaba donde empieza el del otro. Así que nunca te quedes callado, pero siempre habla sabiendo que tu palabra pesa y que lo que digas puede construir o destruir relaciones. 

3. Regulación emocional

Esta es la intensidad y duración de los estados de animo. No podemos aferrarnos a nuestras emociones por más que queramos. No es nada sano cuando una persona se estanca en un estado emocional, sin importar que éste sea felicidad. Uno no puede ser monosentimental, ni siquiera es real. Lo más sano es sentir la emoción cuando sucede y darnos un tiempo de vivirla, pero también darnos un tiempo para soltarla, dejarla ir. Les comentaba que sufrir es una decisión. Es algo que escogemos hacer. Todos tenemos el poder de pararlo cuando queramos pero tomamos la decisión (muchas veces consciente), de permanecer con ese dolor emocional. Las razones son muchas, porque te has acostumbrado, porque es más fácil el papel de victima, porque no te sientes capaz de cambiarlo, porque estás en una zona de confort, etc. 

Siempre que tengas un enojo o una tristeza, ponte un límite de tiempo para sentirla. Vívela al máximo. Recuerda que los mejores poemas y canciones se hicieron con el corazón roto. Pero no te estanques. Toma la decisión de cambiar tus pensamientos y de darle más peso a lo bueno que a lo malo. 

Hoy una de mis pacientes me preguntaba que por qué la vida te daba cosas si luego te las iba a quitar; me relacioné con su dolor porque alguna vez yo también me lo pregunté. Y la respuesta me parece es muy sencilla. La vida es como uno quiere que sea. O puedes ver el vaso medio lleno, o puedes verlo medio vacío. Está en tu poder pensar que la vida te pone la gente correcta para amarla y disfrutarla y aprender de ella y el tener esa oportunidad, es una fortuna. O puedes pensar que la vida es una porquería por ponértelos y después quitártelos. Puede ser lo peor que te ha pasado perder a alguien que amas, o poder amarlo fue lo mejor que te pudo haber sucedido. Perder ese trabajo fue una tragedia, o es la oportunidad de tu vida para hacer lo que más amas. Tú decides. 

4. Generar un estado de bienestar

Sí, ya habíamos hablado de esto en la parte de auto-conocimiento. Pero es que es muy importante y por eso lo repetimos. Uno debe de tener la voluntad de poder empezar a sentirse bien por sí solo. Otro poder jedi, irte en tu mente a un lugar de paz, cuando hay un caos alrededor de ti. Muchas empresas han empezado a comprender la importancia de esto y han decidido invertirle para que su personal pueda irse a un estado de bienestar por medio de una sala de juegos, ya sea la tele o el Nintendo o el pin-pon o una sala de meditación y masaje. 

Esta idea funciona pero lo que verdaderamente tendríamos que conseguir, es llegar a ese estado sin la necesidad de un estímulo externo y generarlo sólo con nuestro pensamiento. Todos tenemos ese recuerdo en nuestra memoria que nos saca una sonrisa, o muchas veces hasta una carcajada. ¿Por qué no usarla para soltar ese pensamiento negativo que sólo nos genera enojo o tristeza o coraje o desilusión? Y resetearnos para redirigir ese pensamiento a uno positivo que nos beneficie en algo. 

5. Perseverancia. 

Esta habilidad es de pocos, la mayoría tiramos la toalla sin conseguir las cosas. Para mi es algo personal porque cuando terminé mi tesis después de dos años, hice una dedicatoria especial a mi perro Logan, que fue él que me enseñó a que uno de deja de fastidiar hasta que no le den la galleta. Pero no sólo él, creo que en general todos son así, no dejan de ladrar hasta que no consiguen lo que quieren. Parecen no cansarse, no frustrarse. Parece que es muy fácil para ellos seguir. Yo creo que es porque no entienden que se les ha dicho que no, de 20 formas diferentes. En su lenguaje no está el “no puedes”. Lo malo es que en el de nosotros sí. Nuestras creencias limitantes no nos permiten continuar y pensar que si insistimos se puede lograr. Tenemos paradigmas tan grandes, que derrumbarlos parece imposible. Pero bien dicen que una gota de agua no rompe a la piedra por su fuerza, sino por su constancia. 

La perseverancia es lo que hará la diferencia entre poder conseguir tus objetivos y quedarte frustrado en el decimo intento. Recuerden que de fracaso en fracaso, se llega al éxito. 

La autorregulación no es nada sencilla. En esa misma sesión que les comenté de mi paciente, cerré diciéndole lo siguiente: “Tener el control de uno mismo no es nada fácil, de hecho son de las cosas más difíciles que hay, y más tardadas. Le lleva a uno, años poder dominarse por completo. Es un trabajo que requiere mucha habilidad de análisis y reflexión, pero además, mucha asertividad al hablar y voluntad para no aferrarse a lo que no podemos cambiar (creo que esto me lo acabo de fusilar de una oración) y sobre todo, mucha constancia, pues es un trabajo de 24 por 7, todo el tiempo debes de estar consciente de tus pensamientos para saber cuáles sí te funcionan y cuáles no y poder desecharlos en el momento y así ser capaz de irte a ese lugar mágico en tu mente, sin el miedo de intentarlo de nuevo si no te sale luego luego. 

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