Entre todos los canales de marketing que existe, uno de los que genera una mayor respuesta en el retorno de inversión (siempre y cuando se realice adecuadamente) es el marketing directo, el cual, a su vez, cuenta con una amplia variedad de estrategias que se pueden aprovechar no sólo para generar un adecuado approach, sino también para orientar algún tipo de comportamiento en el público meta al que se dirige una campaña. Dicho en otras palabras, se persuade a un cliente a comprar un producto o a registrarse en una base de datos. Entre las herramientas con las que se cuenta está el emailing, el cual puede ser confundido con spam cuando no se hacer adecuadamente.
El spam busca llegar a una gran cantidad de personas, independientemente de que se encuentren en su target o no, lo cual en la mayoría de los casos causa molestia. Por lo tanto, al momento de trabajar con una campaña de emailing, es necesario tener bien segmentado el público meta al que se dirige una campaña, para que la información que se le brinde no solo sea relevante, sino que también le sea pertinente.
Como se puntualizó en el párrafo anterior, en el spam se mandan correos masivos, sin importar el destinatario de dicha información. Para evitar esta mala práctica en emailing, es necesario que el correo electrónico vaya personalizado, tanto en el subject como el el cuerpo del texto, para poder generar una comunicación directa.
Para trabajar una campaña de marketing de este tipo es necesario contar con una base de datos, cuya información haya sido brindada con el consentimiento de las personas a las que pertenece. En el spam, desafortunadamente no sucede esto, no al menos en una gran cantidad de casos, por lo tanto habrá que evitar esta práctica que puede tener consecuencias tanto en sus resultados e incluso en el plano legal.