
¡Sí se puede! ¡Sí se puede!
Este ha sido un grito de batalla en las épicas justas deportivas de varios de los deportes nacionales y que al escucharlo al unísono de miles de gargantas, o al menos unas cuantas, hace enchinar el cuero a los que estamos afuera y sacar la casta y la fortaleza a los que están adentro compitiendo, y en más de una ocasión, ha tenido un resultado sorprendentemente afortunado, más que afortunado, positivo.