Por si a alguien aún le quedaban dudas, la crisis económica y social que el mundo está pasando ha terminado de confirmar que hoy estamos en una economía impulsada por el Capital Humano.
Esta crisis no se debió a la escasez de productos básicos, el clima, la destrucción de la propiedad, un mal manejo financiero, un fraude masivo, inflación excesiva o cualquiera de los factores que han causado recesiones y depresiones en el pasado.
La crisis actual ha sido disparada por algo tan simple y llano como la reducción temporal de la capacidad de los seres humanos para hacer lo que hacen todos los días.
Estamos en crisis porque las personas han estado trabajando menos o de manera diferente durante un período de semanas o meses, y al mismo tiempo comprando y viajando menos, pero gastando más en su salud y bienestar básico.
Las personas no somos la causa de esta crisis, obviamente, pero nuestro comportamiento es lo que hizo que existiera. La buena noticia es que también está en nosotros acabarla. Cada uno de los que estamos viviendo en este incendio somos gasolina o un extinguidor, dependiendo de lo que hagamos y dejemos de hacer.
Supuestamente Einstein dijo que las crisis son una bendición para las personas, porque les generan progreso. No sé qué tan bendecidos nos sintamos en este momento, pero sin duda espero, de corazón, que nos permita a todos conocer nuestro mejor yo.
Cada uno de nosotros compone el Capital Humano que puede sacarnos de esto. No nos veamos sólo como personas físicas, sino como un conjunto de valores, hábitos, conocimientos, atributos sociales y de personalidad (incluida la creatividad) que nos permitirán realizar el trabajo necesario para producir un gran valor económico y social, que nos saque de esta crisis.
Hoy, más que nunca, ser humano es muy valioso.
