La tradición del Día de Muertos es celebrada por gran parte de la población de México. Las ventas generadas durante el 1 y 2 de noviembre alcanzaron los 17 mil 300 millones de pesos en 2018, siendo el comercio, turismo y gastronomía los sectores más beneficiados, según datos de las Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur).
En este sentido, la colocación de un altar en los hogares mexicanos es una de las tradiciones más importantes durante estas fechas. Se trata de una actividad en la que suelen participar todos los miembros de una familia ya sea con el representativo “pan de muerto”, flores de cempasúchil o algún platillo que gustaba un familiar difunto.
Datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), estiman que el costo aproximado del montaje de una ofrenda alcanza los 900 pesos. Entre los elementos esenciales del altar se encuentran las flores de cempasúchil, el pan de muerto y calaveritas de chocolate, sin embargo en cada hogar según las tradiciones se agregan elementos como bebidas alcohólicas, frutas y petate.
Un estudio de la Profeco respecto a los precios de los productos básicos que integran las ofrendas muestra el costo promedio de los elementos más económicos que son los siguientes:
- Las veladoras – $17.61
- Pan de muerto – $10
- Flores de cempasúchil, ramo chico – $12.50
- Papel picado, bolsa con 30 piezas – $29.90
- Botella de agua – $7
- Dulces típicos – entre $7 y $10
Por otro lado, los productos más caros de la ofrenda respecto del año pasado son, pan de muerto, 25 por ciento; disfraces, 20 por ciento; refrescos, 18 por ciento; carne de pollo, 17.5 por ciento y veladoras y fruta 9.5 por ciento, según un sondeo de la Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) Ciudad de México.
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