El modo en el que las personas consumen contenido ha cambiado de manera radical en los últimos años. Por ejemplo, ya no sólo se leen los periódicos o las revistas para estar informados, sino que también se revisa los sitios electrónicos para estar actualizados. Han surgido distintos tipos de plataformas que han facilitado el surgimiento de nuevas plataformas, como es el caso de TikTok, SnapChat y, la más popular de todas, YouTube, cuya cantidad de usuarios en todo el mundo para este 2019 es de 1.78 mil millones, según datos de Statista. Esta red social ha decidido ponerle un alto a los mensajes de odio, homófobos o racistas, a través de las nuevas normas de uso que implementará.
El cambio en las normas viene a raíz de las multitudinarias quejas que ha recibido YouTube a lo largo de los años, tanto por parte de la sociedad civil y políticos como por los propios creadores de contenidos. La mayoría de los comentarios que se recibieron fueron orientados que la plataforma ha servido para acoger mensajes de odio, los cuales terminar por radicalizar la opinión de los espectadores. Por lo que, según comentó en vicepresidente de Confianza y Seguridad, Matt Halprin, se han dado ala tarea de revisar las normas bajo las cuales se rige la carga de contenido y su permanencia en el sitio.
Sin embargo, ¿en qué consisten los cambios que YouTube hizo en sus normas? La plataforma ha comentado que eliminará cualquier video en el que se exprese alguna ofensa o amenaza velada contra otra persona con su preferencia sexual, su raza, su género o cualquier otro aspecto protegido, según detalló la propia plataforma. Es importante mencionar que no es la primera modificación que realiza a sus estatutos, sino que en la primera mitad de este 2019 anunció que retiraría los materiales que tuvieran comentarios supremacistas o neonazis.
¿Cómo afecta esto a los creadores de contenido?
La modificación de estas normas que rigen a YouTube tiene un impacto directo en el trabajo de influencers y creadores de contenidos, quienes tendrán que modular tanto el estilo como el tono con el que se dirige a sus audiencias, con la finalidad de evitar que los materiales que suban tenga que ser retirados y, de este modo, pierdan tanto tiempo como trabajo, pero, sobre todo, vistas, las cuales, para ellos se traduce en alcance y en las tarifas que pueden establecer para anunciantes a partir de las impresiones generan.
Para enero del 2018, de acuerdo con datos de Statista, se calculó que el 42 por ciento de los traiblazers ocupaban YouTube para hacer publicaciones en video, por arriba de las celebridades (8 por ciento) y de los microinfluencers (5 por ciento), de acuerdo con Statista.
