El cerebro se compone de dos hemisferios conectados entre sí; la parte derecha es la que se relaciona con la parte creativa mientras que la izquierda con la lógica, es decir, mientras el hemisferio derecho destaca por las sensaciones, sentimientos y habilidades visuales y sonoras, el izquierdo alude al raciocinio y el análisis.
No me refiero a que emplees un lenguaje vulgar o actúes de manera prosaica… Más allá de ello, lo que busco promover es el hecho de ejercer la característica principal que podemos encontrar en las estrategias BTL y negocios más exitosos del mundo: la Innovación.
Si actualmente alguien busca una universidad, institución u organización que ofrezca y garantice que al término del curso serás un individuo innovador, es probable que te quedes en el intento. Si bien todo el mundo está hablando de innovación, las fuentes de aprendizaje son difíciles de encontrar
Este es un caso de la vida real: el área de mercadotecnia de una compañía X, descubre que ha pasado meses (quizá años) haciendo lo mismo o dejándose llevar por la viciosa sinergia de las labores cotidianas. Algo le falta para desempolvar su marca y darle una refrescada a su comunicación, pero esto no estaba considerado en su presupuesto anual, así que no hay mucho dinero. Entonces, ¡Pum! Sale una idea, ¡Vamos a crear una estrategia de Guerrilla!
Gran parte de las ideas creativas en una estrategia de comunicación BTL, pierden todo su valor con una mala producción, una inadecuada ejecución o simplemente, al no poderse llevar a cabo. Esto ocurre con muchísima frecuencia, cuando la idea y la ejecución nacen divorciadas.
El BTL es práctico, las ideas se las lleva la planeación teórica que jamás se hace. Cuando los creativos del Below The Line generan, lo hacen sobre el terreno del producto y a riesgo de lo que ocurra con él.
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