Hacer publicidad es complejo, porque va más allá de la acción creativa, de la planeación, del simple hecho de comunicar, de persuadir; lo cual obliga al publicista a replantearse acerca de su quehacer profesional, al interior de una agencia y al interior de una empresa, porque en ocasiones dependemos del lugar donde trabajemos para generar verdaderos escenarios de interacción entre el cliente y la marca, pareciera que el publicista de la marca está abocado a mandar al publicista de la agencia, pidiéndole propuestas para dentro de 3 días, y así establecer una reunión de pensamiento creativo.