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Test en entrevistas de trabajo… ¿Un acierto o ridículos?

Omar Rangel / Posadas

Dicen que cuando entras a la universidad ya has superado lo más difícil: ser seleccionado entre miles de aspirantes, resta “echarle ganas”. Yo digo que entrar a estudiar una carrera profesional es sólo el principio, difícil es conseguir chamba ante un panorama gris en la economía que hemos tenido por años.

Cuando egresé de la universidad me di unos meses de vacaciones para posteriormente buscar trabajo en forma, como Dios manda. ¡Mi proceso fue un calvario! Pocas vacantes de mi área, las que había eran muy matadas por las horas laboradas con una paga miserable.

 

La gota que derramó el vaso

Pasados algunos meses como egresado universitario asistí a diferentes entrevistas, pero entre ellas hubo una que marcó un parteaguas en mi vida personal.

Me entrevistó la encargada de Recursos Humanos de esa planta; vio mi currículum, platicamos y concluyó en que cumplía con el perfil. Para concluir el trámite era necesario presentarme en las oficinas matriz del corporativo para hacer unas pruebas “de trámite”, pues les urgía que me sumara el equipo. Doña señora me dijo que se comunicaría con el personal de la matriz para que supieran que iba como recomendado y acelerar el proceso.

Ahí voy en friega yendo de un lugar a otro con tal incorporarme lo más rápido posible. Mi sorpresa fue que la dichosa recomendación fue una farsa o se la pasaron por el arco del triunfo; me pasaron con un montón de gente a realizar los exámenes correspondientes como cualquier mortal más.

Nos dan una hoja, un lápiz y nos dicen que tenemos X tiempo para resolver las siguientes pruebas:

 

… Matemáticas y moral

¿Matemáticas? ¡La vacante que concursaba nada tenía que ver con el área lógico/matemático! De muchas cosas no me acordaba, así que honestamente algunas las respondí al de tin marín, de do pingüé.

Una vez finalizado el tiempo para responder lo de matemáticas nos pusieron una prueba de… ¿moral? Había preguntas como:

Si ve a un compañero hurtando algo de la empresa, usted:
a) Lo reporta con las autoridades correspondientes
b) Se hace de la vista gorda
c) Le pide que comparta con usted lo que se llevó

Esto por mencionar sólo un ejemplo. Había otras preguntas ambiguas en las que bien podías quedar como una persona “demasiado honesta” o como un soberano chismoso, sin contar aquellas confusas que bien podían tener más de una respuesta correcta.

Han pasado los años y sigo sin entender la relación entre la prueba de matemáticas con la vacante de un área opuesta, así como prueba de moral. Me parece absurda medirla con un test.

 

¿Lo infalible?

Pasados un par de años tuve la oportunidad de regresar a la escuela; en la clase de Alta Dirección teníamos una maestra pedante la cual apoyaba hacer este tipo de pruebas para la contratación de personal.

Ella se valía de pruebas evaluadas desde el psicoanálisis porque “decían muchísimo de una persona”, desde luego elegía esto influenciada por su formación profesional, de la cual se ensalzaba como si fuera el pináculo del conocimiento.

Usaba sus pruebas como si fueran herramientas infalibles y determinantes para la selección de personal.

 

¿Entonces sirven o no?

Mi conclusión es: dependiendo de la vacante a concursar deben de ser las pruebas. Por ejemplo, si se trata de un diseñador gráfico, de poco o nada servirá ponerle pruebas matemáticas. ¿Cuál es el propósito o qué se intenta demostrar, la “inteligencia”?

¿Para qué se quiere a un diseñador gráfico en una empresa? ¡Para ser creativo, que sea hábil con los programas de edición! Es inútil evaluarle otras habilidades si probablemente no las desempeñará en la vacante que está concursando.

A mi criterio los test de selección de personal sesgan partes de una persona. La condición en la que estés puede influir tus respuestas, por ejemplo, si estás nervioso por quedarte con la vacante; si estás triste por haber perdido a un ser querido, etc. ¿Cómo evalúa eso ese tipo de test? Probablemente sí eres un fregón en lo que haces, pero estos test no están evaluando las habilidades para X vacante, sino el pensamiento racional que pudiera dar un parámetro de la “inteligencia” de una persona.

Por otro lado, calificar la moral aunque fue un buen intento de la empresa que te platiqué, la ejecución fue patética. ¿Quién no mentiría con tal de responder para verse como un santo y quedarse con la vacante, aunque sus conductas estén alejadas de las respuestas dadas en un examen pedorro?
Por el amor de Dios, ¡se roban el papel higiénico de los baños! De qué sirvió su prueba de medir la moral (es real, me gustaría decirlo de cotorreo, pero no).

Así como no son las mismas pruebas para contratar a un gerente o director que a un obrero, las pruebas no pueden ser las mismas para las vacantes, ya que son diferentes habilidades a evaluar.

¿Quién dice que no se puede hacer algo nuevo, algo diferente? De un buen maestro aprendí que todo, absolutamente todo se puede modificar en aras del progreso. Si las leyes que rigen al país se modifican, que no se puedan modificar en una empresa.

 

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