Las marcas que se dedican a la producción de alimentos o alguno de los procesos que se requieren para su comercialización enfrentan el reto de su empaque.
El packaging es mucho más que empaquetar los productos. Y en la industria alimenticia los retos son más exigentes, pues se necesita ofrecer calidad en el empaque para traslado, fidelización del cliente, atracción visual y otros elementos, pero además tienen que conservar la calidad de los alimentos.
El packaging de alimentos
Las industrias de alimentos están interesado en elementos fabricados con material resistente, amigable con el medio ambiente y que ofrezca mantener la frescura de los productos.
Uno de los materiales más populares en los últimos años es el polipropileno biorientado. Con este se puede empacar casi toda clase de alimentos por su capacidad de mantener alejada la humedad, lo cual evita los hongos y moho.
El polipropileno biorientado, o mejor conocido como BOPP, es empleado por su flexibilidad, versatilidad, economía y sustentabilidad. Además permite que los productos se enfrenten a un sistema de termosellado.
Protección y diseño del packaging
Los productos alimenticios requieren la protección y garantía de calidad en su packaging. También se tiene que cuidar:
- Barrera de protección al interior y del exterior
- Texturas especiales para cada alimento
- Material que deje ver el producto
- Características que permitan un diseño llamativo
- Ambientalmente amigable
- Flexibilidad con el producto
- Rigidez para transportar los alimentos
- Fácil de procesar en la impresión de información
Los retos son muchos, pero al conseguir un buen empaque se pueden obtener diversos beneficios.
Ya que se trata de productos de consumo alimenticio, hay también distintos requerimientos por parte del gobierno regulador en la industria. Por ello es importante la selección del envase.
Al final un buen envase es valor agregado para el cliente y un motivador para el consumidor meta.
