El e-commerce es una de las actividades económicas que ha tenido un crecimiento acelerado en los últimos años. Del 2015 al 2019, la participación de ventas ha pasado de los 7.4 a los 14.1 por ciento, mientras que para el 2020 se espera que este indicador alcance los 16.1 por ciento, de acuerdo con información de eMarketer. Si traducimos esto a dólares, para ese mismo lapso se tiempo se habría pasado de los 1,548 a los 3,535 MDD. Sin duda, es un negocio redituable en cual cual todo mundo desea participar. Sin embargo, el comercio electrónico tiene sus costos medioambientales que no podemos (ni debemos ignorar), particularmente en los procesos de devolución de producto.
Ya sea porque no era lo que esperaban o porque simplemente no les gustó, cada vez son más los consumidores digitales que han buscado devolver los productos que son comprados a través de plataformas como Amazon, Mercado Libre o Wish, lo cual tiene un impacto en dos vertientes: por un lado, la basura que se genera con la devolución y, por otro lado, la emisión de dióxido de carbono que implica el desplazamiento de los productos.
Tan sólo en el caso de Estados Unidos, según información de RTVE, para el 2018, el porcentaje de devoluciones fue de un 10 por ciento, cifra que fue superior al 8 por ciento que se registró en años anteriores. Para diciembre del 2019, de acuerdo con estimaciones de UPS, se considera que cerca de 1 millón de paquetes fueron devueltos. Para el 2 de enero, llamado por la empresa como el Día Nacional de las Devoluciones, sería cuando se regresarían más productos en aquel país. Adicionalmente a esto, se prevé que tan sólo en la logística de envío a través de automóviles se generarán 15 toneladas de gases emitidos a la atmósfera.
Y este problema podría empeorar considerablemente en los siguientes años. Se considera que hay una correlación entre la cantidad de shoppers digitales y el número de devoluciones que existe. Según datos de Statista, se prevé que del 2019 al 2021, los clientes en línea pasen de los 1.92 a los 2.14 mil millones en todo el mundo. ¿Qué implica esto? Una mayor cantidad de devoluciones; ergo, más desechos. Con esto como marco de referencia algunos e-tailers y market place han comentado a considerar opciones logísticas de envío y recepción de paquetes que sean mucho más amigables con el medio ambiente, como es el caso de los vehículos eléctricos para repartir artículos.
