El Growth Hacking es un término bastante utilizado en Mercadotecnia. Aunque parece que su traducción (crecimiento de hackers) es alarmante por aquello de los ataques cibernéticos, en realidad se refiere a un conjunto de técnicas con beneficios muy altos para los mercadólogos.
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Estas técnicas son desarrolladas por empresas de tecnología a fin de conocer el posicionamiento de un sitio en Internet. Esto a través de métricas web y de redes sociales.
Así, el Growth Hacker es el estratega de posicionamiento que se encarga de colocar a su marca en un lugar privilegiado -por decirlo de alguna manera- de la web 2.0 y en específico en Google, ya que de ello depende que los usuarios la encuentren y sepan de su existencia.
En este escenario, para vender productos, ganar exposición de marca y ofrecer experiencias digitales, un Growth Hacker debe saber cómo optimizar motores de búsqueda. A esto se le conoce como SEO (Search engine optimization).
Hoy día, los Growth Hackers centran sus esfuerzos en la ejecución de acciones de bajo costo más que en la comercialización tradicional, es decir, que recurren a los medios digitales y a las estrategias Below The Line para ofrecer experiencias personalizadas y difundir tanto lanzamientos como promociones, dejando en segundo plano a los medios masivos.
Un ejemplo de empresas que trabajan bajo un esquema de Growth Hacking es Facebook, Spotify, YouTube Linkedin, Twitter y DropBox.
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