Hace poco recibí en mi oficina un grupo de estudiantes de mercadotecnia y la gran mayoría de ellos mostraban el interés de ser empresarios o emprendedores, la definición es lo menos importante, lo valioso es saber que tienen el deseo de ofrecer un producto y crecer junto con él.
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Durante la plática todos coincidimos en dos temas medulares para competir y armar una estrategia de lanzamiento. El primer tema es el servicio y el segundo es la comunicación.
Las grandes marcas son ejemplos claros de estos trabajos, podemos mencionar a muchas compañías como Apple, Disney, Starbucks, Coca Cola, Mc Donalds, etc., marcas que gracias a esos dos pilares han sobrevivido a cualquier crisis, pero dichos valores no son solamente para las grandes, al contrario, son más valiosas para los pequeños, es ahí en donde empieza la historia. Tan solo para poner un ejemplo, como Starbucks el servicio, al preguntarle al cliente su nombre y apuntarlo en un vaso de cartón, esa acción les valió ganar millones de dólares, porque logro lo que cualquier comprador busca; que sea atendido, escuchado y querido.
Tomando de base estos dos principios, no se trata de “vender humo”, estamos “vendiendo el producto”, la experiencia. Si alguna persona va a desembolsar 1 peso o 1 millón, la experiencia y/o servicio debe ser el mismo.
Lo importante para vender, es anunciar una imagen, un concepto, no un producto. La palabra clave es comunicación.
No es posible que anunciemos lo que la gente no quiere ver, tener o vivir, o quiere evitar, hay que anunciar lo feliz que pueden ser con nuestro producto, la comunicación debe ser positiva, constructiva, soñadora, que nos lleve a una experiencia. Todo esto debe suceder desde que tenemos el primer contacto con el comprador, dar la mejor comunicación, no con la publicidad, sino con la comunicación, es el primer momento para convencer a nuestro objetivo. Posteriormente viene el servicio, arrancando en el momento en el que nos toman la llamada, consultamos una web, hacemos comentarios en redes sociales, todo esto se vuelve experiencia, es ahí en donde debemos tener contacto directo con nuestros consumidores, jamás olvidarlos.
Todo esto tiene una base, en la llamada construcción de marca, algo que en México pasamos por alto y vamos con libre albedrío con el destino seguro para morir. Si todos los que tenemos una empresa o negocio, nos preocupáramos por generarle experiencia a nuestro consumidores seria mayúscula, se los aseguro.
