En la era digital, las redes sociales son una gran (ingente) yacimiento de datos. De hecho, de acuerdo con datos de Global digital Statshot, se estima que existen cerca de 3,028 millones de personas que usan algún tipo de red social, en la cual vierten sus opiniones, demuestran sus preferencias, expresan su disgusto hacia cierta cosa, etc. Cada registro puede ser analizado y aprovechado para transformarlo en información sobre la gente y esto, a su vez, en conocimiento. Todo esto ha sido aprovechado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para crear Estado de Ánimo de los tuiteros en México, herramienta capaz de sondear las reacciones de los usuarios en el país por medio de big data.
De acuerdo con datos de El Economista, esta herramienta es única a nivel mundial, según declaró la propia institución y tiene como objetivo medir el bienestar de la población, más allá del producto interno bruto (PIB). Cabe mencionar que el material está disponible en la página oficial del INEGI.
La herramienta lanza información no sólo por día, semana, mes o año desde el 2016, sino que también puede segmentar los resultados para una determinada región del país.
Pero, ¿cómo es que funciona esta tecnología de big data? El Universal comenta que se hace a través de inteligencia artificial. Se enseñó a una computadora a diferenciar entre los tuits con una carga positiva (mensaje positivo) y los de un tono negativo (mensaje negativo). Esto se logró después de cargar una cierta cantidad de mensajes de esta red social para que la máquina aprendiera como se realiza la discriminación entre unos y otros.
Cabe mencionar que, según la herramienta, el cociente de positividad (resultado de dividir la cantidad de tuit positivos entre los negativos, del mismo periodo y región), en la actualidad, es de 2.0. Sin embargo, en septiembre del 2017, descendió de 2.05 a 1.9, a raíz de los sismos vividos en dicho lapso.