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Babelia

Lecciones Aristotélicas

Por Manuel Moreno Rebolledo

manuel-moreno.jpg Konrad Adenauer, primer canciller de la República Federal Alemana tras la división de ese paí­s debido a la Guerra Frí­a, decí­a que en la polí­tica hay adversarios y correligionarios, y que éstos últimos eran los más peligrosos.

En parte la ineptitud y en parte las ambiciones personales, hacen que un partido polí­tico produzca conflictos internos y ocasione una pérdida irreversible de adeptos, y también logra que al exterior sea percibido como una opción poco confiable de gobierno. Una muestra de lo que es capaz de hacer un partido que reúne estas dos condiciones fue el PRI de Roberto Madrazo en 2006, que cayó de las preferencias electorales del segundo al tercer lugar como fuerza polí­tica en el Congreso.

Lo que vivimos el domingo pasado en las elecciones de medio término, confirman la teorí­a de Adenauer, vista en dos de los tres frentes polí­ticos más importantes, cuando ni la mejor campaña de comunicación polí­tica, con todos las herramientas BTL alineadas en una ejecución presumiblemente adecuada, pueden soportar que el producto (partido polí­tico) tenga un mal aspecto o carezca de la mí­nima atención al cliente (en este caso, votante).

La paliza que el PRI le dio en las urnas al PAN y al PRD ““y yo añadirí­a, al México con memoria”“ refleja, más que el hartazgo por la clase polí­tica (expresado también con casi el 6 por ciento de voto anulado), la inoperancia de un liderazgo en el PAN que lo menos que merece es el calificativo de “naif”, y la falta de decisión ““que pareciera genética, como su natural desunión”“ de una izquierda que no sabe cómo aprovechar las charolas de plata cuando se las ponen enfrente.

Si Germán Martí­nez (presidente del PAN), fuera el director de mercadotecnia de una marca que hasta hace tres años tení­a la mayor participación en el mercado y que de pronto cae por mucho al segundo puesto, no sólo en la distribución nacional sino en estados clave como Querétaro y San Luis Potosí­ y ciudades tan importantes como Guadalajara, Cuernavaca y Cuautla, lugares donde era impensable que perdieran posición, ya lo hubieran corrido sin miramientos, sin indemnización y, faltaba más, sin carta de recomendación.

Lo mismo podrí­a decirse de Jesús Ortega (presidente del PRD), cuya baja en su participación del mercado electoral va del segundo al tercer puesto en la presencia nacional y en su bastión “”el Distrito Federal””, pierde Cuajimalpa y, lo más doloroso, pierde Iztapalapa contra”¦ ¡¡su ex candidato a la presidencia!!

Ambos, uno por solapamiento y el otro por creer que la tolerancia es la inclusión hasta del saboteador, se olvidan de la primera lección aristotélica: “la multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor”. Lo que no les lleva a entender la segunda lección que dice: “Es ignorancia no saber distinguir entre lo que necesita demostración y lo que no la necesita”

¿Qué lectura deben tomar ambos de todo esto?

Es lógico que la comunicación estuvo mal. Por más ingeniosa o graciosa que haya sido su campaña en medios (que, desde luego no lo fue), es importante que siempre tengan en mente la tercera lección: “Los discursos inspiran menos confianza que las acciones”. Un buen producto (en este caso, polí­tico), es aquel que prácticamente se vende solo porque da a sus consumidores, una vez que lo han probado, todos los beneficios que de éste demandan y nunca los decepcionará por no cumplir con sus expectativas.

La lectura, que deben tomar también de quienes anularon su voto, es que la construcción de un buen producto no implica sólo el decir que lo es (y aquí­ es donde interviene la esencia de las actividades BTL): implica que cuando el consumidor (el votante) “viva” el producto, tenga la impresión de que, cuando menos, éste cumple con sus expectativas.

Y por eso señalo que el revés del PRI es también al México con memoria, pues de alguna manera este partido ha logrado que la mayorí­a de los electores se hayan olvidado del mal producto que ha sido y de los agravios que ha dejado pendientes. En parte porque la población votante es cada vez más joven y en parte porque la imagen que la televisión está construyendo de su candidato para 2012 (Peña Nieto), ha inundado de “estudiada apariencia” las pantallas chicas y las revistas del corazón.

Ahora bien, y como despedida del tema de comunicación polí­tica (al cual no regresaré cuando menos en un rato), vale la pena mencionarle al PRI y sus votantes, una cuarta lección dejada por Aristóteles: “Gracias a la memoria, se da en los hombres lo que se llama experiencia”.

Contacto: [email protected]

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