Así que en esta ocasión les comparto una serie de cuestiones que debemos de cuidar para no caer en las garras del odio, el desdeño y la tristeza, pues muchas de las anteriores emociones son características de aquellos que no pueden realizar procesos gerenciales, es decir, que la administración les pasa de noche, pues los que hacemos merca o lo intentamos, debemos de considerarnos administradores, por tanto, en orden de importancia, el primer punto es gobernarnos a nosotros mismos.
Así como los médicos estudian por miles de años su carrera y se actualizan de manera muy rigurosa, los mercas debemos de amar con tanta intensidad nuestra labor, creemos que solamente los médicos y abogados son indispensables para la vida en sociedad, sin embargo, el comercio, el gobierno, la filantropía y muchas otras áreas de la actividad humana, pasan por el filtro del marketing, si no me cree, pónganse a pensar en las fechas que estamos por vivir.
Ya se que muchos creen que el marketing es solamente 14 de febrero, lo dicen porque es una fecha que aparece como la cumbre de una tendencia, los mercas trabajamos con tendencias, lo que hacemos es traducir los intereses de las personas y entregarlo de regreso de una manera más digerida y atractiva.
Incluso el afecto se comercializa, pero no se vaya por el sentido del sexoservicio solamente, véalo desde la cara en que todos nos rentamos, ofrecemos nuestros talentos y tiempo en función de recibir otra cosa a cambio. Por tanto es indispensable ser afectivos con nuestras rutitas, los procesos que implica nuestra profesión y sus males, al fin de cuentas todos los oficios, tienen sus zonas oscuras.
Lo que quiero compartirle son lecciones que he aprendido, más a punta de golpes que por inteligencia emocional, en el mundo laboral son pocas las personas que están dispuesta a compartir su avance, más cuando hablos del perfil que tienen preconcebido de los mercas, pero bueno, como estamos en el siglo de las verdades reveladas, yo las compartiré más por publicidad gratuita que por bondad.
- No hable mal de sus clientes, cuando lo hace un cliente que se encuentra en el purgatorio de la indecisión no llega al cielo. Nuestros comentarios reflejan ante nuestros clientes que cuando estén ausentes haremos lo mismo con ellos ante otros. Lamentarnos de los clientes es como odiar la mano que nos da de comer.
- No se lleve el trabajo a casa, se que esto en la actualidad parece demencial, pues literalmente vivimos atados al celular y demás dispositivos, por ende al trabajo. Sin embargo, alguien que no se da tiempo para otras actividades, termina sofocado por lo que dice ser su pasión.
- Recuerde que cuenta con diferentes tipos de clientes, genere acercamientos según cada categoría, adapte sus contenidos y hágase presente, recuerde que amor, con amor se paga.
- Por último perdone y perdónese, las personas exitosas en su profesión son aquellas que van sin mucho peso hacia el futuro, son aquellas que se atreven a amar y a entregarse sin importar las veces que los hayan desilusionado en el pasado.