En el transcurso de este año algunas personas perdieron su empleo, a otras se les vino abajo su negocio por la crisis económica y qué decir de aquellos que desafortunadamente enfermaron o perdieron a seres queridos a causa del COVID.
No taparemos el sol con un dedo, por supuesto pasaron cosas desagradables, pero también creo ampliamente que a una vicisitud siempre se le podrá sacar algo bueno.
Recuerda, la vida puede ser muy compleja o muy sencilla en parte por cómo afrontes los altibajos que te depara este andar. Si ante un momento difícil decides quedarte tirado, rechazas la ayuda, no tienes voluntad de modificar algo en tu vida… ¿no consideras que tienes algo de culpa?
Limpieza: la clave para casi todo
Urge normalizar la limpieza (en general) poniéndola como un principio fundamental en cualquier organización: lavado de manos constante, usar cubrebocas si estás enfermo (sea COVID o una simple gripe, ¡debe ser por norma la prevención hacia los demás!), lavar y desinfectar instrumentos o herramientas de trabajo e incluso partes de tu casa o trabajo que jamás limpiabas como apagadores, manijas, llaves, entre otras.
Si pasando la pandemia regresas a tus hábitos de suciedad, el problema de contagios y muertes por ésta o futuras enfermedades no será culpa del gobierno, ni de los chinos, ni de la credibilidad de cualquier vacuna… eres tú que no quisiste entender que debemos adaptarnos para sobrevivir aunque eso implique hacer cosas que no sean del todo nuestro agrado para tener un beneficio personal y colectivo.
Arcoíris en la tormenta
¿No perdiste tu trabajo? ¡Considérate afortunado! Si no te quedaste sin el alimento en tu mesa, ¡felicidades!, eres parte de un selecto y bendecido grupo de la población que no pasa días sin ingerir ningún alimento o se ve en la necesidad de buscar comida entre la basura para saciar su apetito.
¿No te enfermaste de coronavirus o no tuviste la necesidad de estar en un hospital? Eres bienhadado. Si no falleció algún ser querido y tuviste la oportunidad de hacerle una llamada para saber cómo estaban, considérate una persona dichosa.
Quizá algunos planes se te vinieron abajo; sin embargo, si no pasaste por los aspectos mencionados anteriormente, ¡tuviste un gran año!
10 años después La pandemia que estamos viviendo es lo que bien puede ser visto como un ensayo para darnos cuenta qué tan preparados estamos para una crisis en diferentes áreas de la vida.
Este año fue el COVID, en 10 años podrá ser cualquier otra enfermedad. Ciertamente no tendremos tendrá la cura de forma instantánea, pero sabremos que: algunos trabajos sí pueden desempeñarse desde casa, podemos quedarnos en casa sin salir unos días y no el mundo no se acabará, o que debemos tener siempre un dinero ahorrado para cualquier eventualidad.
Ahí la vemos, camaradas
Parafraseando a Jesucristo en el libro de Mateo: pa’qué no afanamos por el día de mañana, pues basta cada día su propio mal.
Si puedes disfrutar fuera de riesgo estas fechas con tus seres queridos, hazlo. No sabemos cuándo será demasiado tarde (aplica para arreglar asuntos familiares, cambiar de trabajo, emprender un negocio, terminar o iniciar un relación amorosa, etc.).
Por un año con más jale, más salud y más sabiduría… ¡Nos vemos en el 2021! Un abrazo, camaradas.