Parece broma, pero al llevar varios días y meses en casa en modo de “emergencia” no nos quedo otra cosa que buscar adaptarnos a lo que podíamos improvisar.
Y retomar el trabajo bajo un mundo de tensión lo hizo ¡más difícil!
Después de varios días de permanecer en un espacio que no es el laboral, y viendo que todavía nos falta un buen tramo por recorrer, el pensamiento y la necesidad nos lleva a desarrollar nuevos patrones de comportamiento y trabajo que nunca hubiéramos imaginado. Y nuestro cerebro acostumbrado a que cada espacio seria diferente para cada actividad.
Esto es aun más fuerte cuando sabemos que esta nueva forma de trabajar seguramente será la que ya no cambie, y se vuelva una rutina natural. Y ante esta nueva forma de vivir y como todo comportamiento humano, empezamos a tener algunos “detalles” o “problemas” en el comportamiento de nuestros colaboradores y ¡nosotros mismos!
Por lo cual vale la pena detenernos un momento, vernos con ojos críticos, y reírnos un poco de lo que nos hemos vuelto a través de estos días, en nuestro trabajo, combinado con la casa y la casa con nuestro trabajo. Vicios desarrollados y muchos de manera accidental que han vuelto nuestra vida diferente y en mucho de los casos, incrementar el estrés al máximo y con ganas de salir corriendo a la calle.
Después de unas largas charlas con clientes, amigos y colaboradores les presento cuales son los vicios más comunes en esta nueva forma de vivir que nos impiden avanzar, ser productivos y sobre todo llenar nuestra vida de estrés y nerviosismo:
- No tener una rutina predeterminada
- No tener horarios preestablecidos
- No crear una agenda del día y planificar tu semana
- Tener juntitis, perdón, ¡videojuntitis!
- No respetar el espacio y tiempo de los demás
- No tener tu propio espacio físico de trabajo.
- Perder el control del tiempo en tus redes sociales
- No hacer ejercicio
- Comer de más y por antojo y ansiedad
Y podemos enumerar más de estos que cuando los platicaba con amigos, se volvió una gran charla, a manera de burla y desahogo.
Lo que es la realidad, es que nunca estuvimos preparados para desarrollar procesos efectivos en los cuales pudiéramos ser más eficientes fuera de la oficina. Por mas que los estudiosos de tendencias hablen de que las nuevas generaciones estaban listos para este nuevo estilo de vida, pocos tenían un espacio listo en sus casas para crear una pequeña oficina con atributos para fortalecer la concentración.
Todos de alguna manera nos enfrentamos a una nueva forma de hacer negocios y en muchos de los casos perdimos el equilibrio entre la vida personal y la vida laboral, olvidándonos de patrones comunes como un horario. Y una rutina, que estructura nuestra vida en general
Hoy, después de tantos días de encierro para muchos, nos encontramos en borde de una nueva etapa, en donde el “home office” como nos gusta llamarlo, se vuelva ya un estilo de vida y donde estos nuevos patrones sean los que predominen para varias industrias.
Por lo pronto, no olvidemos que la productividad y el equilibrio como séres humanos, nos ayudará a ser más creativos y efectivos en lo que hacemos. Y aprovechemos esta nueva forma de desarrollarnos para fortalecer nuestras habilidades buscando no estar solamente en un lugar, sino disfrutar aun más este maravilloso planeta.
Es así como se abre una puerta a un nuevo estilo de vida y una nueva forma de ser efectivos, sin tantos vicios.
Y tú, ¿cómo construyes tu imagen?
