En las últimas semanas, la denominada “Ley Influencer” ha estado en el centro de la polémica, generando un debate entre aquellos que la ven como una posible amenaza a la libertad de expresión y quienes la consideran una regulación necesaria en beneficio del consumidor.
Esta iniciativa propone enmendar la Ley Federal de Protección al Consumidor de México mediante la adición del Artículo 32 Bis. Su objetivo principal es regular las actividades de los creadores de contenido en redes sociales, especialmente aquellos que reciben compensación de marcas, con el fin de aumentar la transparencia y proteger los derechos de los consumidores.
Las disposiciones clave de la Ley Influencer incluyen:
1. Etiqueta #PublicaciónPaga: Los influencers deberán etiquetar cualquier contenido patrocinado con dicho hashtag, lo que brinda a los seguidores claridad sobre la naturaleza remunerada de la publicación.
2. Veracidad de las afirmaciones: Se requiere que los creadores de contenido respalden con pruebas la veracidad de las afirmaciones sobre productos o servicios que promocionan. Esto tiene como objetivo evitar la difusión de publicidad engañosa y proteger los intereses de los consumidores.
3. Derechos de autor y propiedad industrial: Los influencers deben obtener autorizaciones para el uso de signos distintivos u obras protegidas por derechos de autor en la publicidad. Esto garantiza el respeto de los derechos de propiedad intelectual de terceros y un uso adecuado de estos recursos.
4. Registro en hacienda: Aquellos influencers que reciban remuneración por sus servicios deben inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes como trabajadores de servicios profesionales y declarar sus ingresos, contribuyendo así al sistema fiscal del país.
Es importante destacar que la Ley Influencer no tiene como objetivo limitar la libertad de expresión ni controlar la narrativa de los influencers. Más bien, busca promover una mayor responsabilidad y transparencia en sus actividades comerciales.
Además, se alinea con otras regulaciones existentes, como la Ley General para el Control del Tabaco, con el fin de asegurar la coherencia normativa en el ámbito de la publicidad y la protección del consumidor.
Muchos creadores de contenido digital reconocen la importancia de establecer regulaciones que beneficien a todas las partes involucradas y eviten prácticas poco claras o engañosas por parte de las empresas. Esta iniciativa representa un avance en la industria digital de México al sentar las bases para un mercado más transparente y ético.
¿Cuáles son los beneficios y riesgos en la promoción de marcas? Bueno, el uso de influencers en el marketing es una estrategia que ha ganado terreno en los últimos años.
Las marcas recurren a figuras conocidas para aumentar la visibilidad, la notoriedad y la conexión emocional con su audiencia objetivo. Esto a menudo se traduce en una diferenciación de la marca y un aumento en la conversación en redes sociales.
Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos. La asociación con un influencer conlleva la posibilidad de que la imagen de la marca se vea comprometida si el famoso se comporta de manera inapropiada o emite una mala opinión.
Además, si el influencer se descubre utilizando productos de la competencia, se pone en duda la autenticidad de sus recomendaciones, lo que podría dañar la reputación de la marca que lo contrató.
Por lo tanto, es fundamental que las marcas elijan cuidadosamente a los influencers con los que se asocian y gestionen adecuadamente esas colaboraciones. La transparencia y la autenticidad son clave para garantizar que los resultados sean positivos tanto para la marca como para el creador de contenido y, sobre todo, para el consumidor.
La “Ley Influencer” es un paso hacia una mayor transparencia y responsabilidad en esta relación, lo que beneficiará a todos los involucrados en el mundo del marketing digital. ¿Qué opinas? Te comparto mi correo: [email protected]
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