El mundo ha cambiado radicalmente en los últimos años. Basta revisar cómo era hace 50 años atrás y contrastarlo con la actualidad. Si bien han existido, muchos avances tecnológicos sustanciales, también han aumentado los problemas a los que, como humanidad, nos enfrentamos. Basta echarle un vistazo a las relaciones comerciales actuales, las cuales se encuentran deterioradas considerablemente, en gran medida por la guerra comercial que existen entre China y Estados Unidos, cuyos daños colaterales cobran factura a divisas y mercados de todo el mundo. Adicionalmente, las políticas internas de varios países están resultando adversas para sí mismas. Con esto como marco de referencia, ¿cómo se puede hacer marketing en tiempos difíciles tanto económicamente hablando como en oportunidades para la inversión?
Ante una crisis, una de las primeras acciones que toman las empresas es modificar sus presupuestos. Regularmente se reducen la inversión que se destina a publicidad, pero se incrementa en cierto grado lo que va hacia la promotoría. Las compañías buscan llegar directamente a sus clientes, en gran medida porque resulta mucho más costoso adquirir nuevos clientes que retener aquellos que ya están cautivos.
Estos clientes cautivos representan un flujo de dinero constante para una empresa, el cual no se puede dar el lujo de perder en tiempos difíciles.
Sin embargo, ¿qué tan conveniente es ser austeros en tiempos de crisis, cuando hablamos de marketing? Cuando se deja de invertir en ciertos aspectos en los que antes se hacía, no sólo se descuida un campo previamente cubierto, sino también deja un área de oportunidad vacante para la competencia.
Más allá de reservarse los gastos, es importantes que las empresas sepan realizar inversiones inteligentes, las cuales ayuden a hacer el negocio con el dinero con el que cuenta, con la finalidad de sobresalir en este tipo de situaciones y que les ayude a generar ingresos.
