Brasil.- La celebración del nacimiento de Cristo se ha convertido en una fecha “cliché”, con colores, olores, sabores y personajes bien definidos que casi siempre olvidan al verdadero protagonista de la historia.
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Las acciones predeterminadas y los estereotipos creados por las marcas se han convertido en la base y fundamento de esta fecha, haciéndonos creer que todo aquello que no entra en estos parámetros está fuera de la Navidad.
Muchas regiones del mundo permanecen relativamente alejadas de este comportamiento mercadológico, ya sea por marcadas diferencias culturales, por una difícil ubicación geográfica o por los escasos recursos de sus habitantes. Un ejemplo de este fenómeno es el pueblo de Betânia do Piauí, un municipio brasileño que debido a la pobreza no vive de cerca el espíritu navideño creado por las marcas.
Los pobladores de Betânia no conocen y menos viven el fenómeno de la Navidad en todo su esplendor, con Santa, villancicos, luces y regalos entregando un espectáculo inundado de color rojo, sin embargo Coca-Cola (marca a la que algunos le adjudican la creación del actual Santa Claus) no pierde la oportunidad de continuar conquistando corazones y consumidores a través de activaciones que lleven la “Magia” de la Navidad a aquellos que no la tienen.
La marca de refresco organizó una visita al pueblo de Betânia para llevar algo del espíritu Coca-Cola mezclado con la Navidad y ofrecer a los habitantes (niños en su mayoría) una probadita de aquello en lo que el mundo globalizado y consumista se envuelve cada diciembre, una vistazo de la Navidad de Coca-Cola, un evento exprimido al máximo por la marca y de forma efectiva además.
