El metaverso es el ecosistema digital al que estamos migrando la vida real, es el nicho en que diversas marcas están encontrando la nueva era del consumo, sin embargo, en la medida en que los usuarios lo están descubriendo, están saliendo a la luz sus puntos débiles como el que algunas aplicaciones “son peligrosas por diseño” para menores de edad.
Jess Sherwood, un investigador de la BBC, realizó un experimento al hacerse pasar por el perfil de una niña de 13 años, el resultado de dicha prueba fue que vivió acoso, tuvo acceso a contenido sexual, sufrió insultos racistas y además recibió amenazas de violación al interior del metaverso. Al respecto, el jefe de política de seguridad infantil en línea, Andy Burrows, agregó que la investigación encontró “una combinación tóxica de riesgos”.
Y es que en la experiencia que describe el investigador asegura haber visitado salas de realidad virtual donde los avatares simulaban sexo. Le mostraron juguetes sexuales y condones, y numerosos hombres adultos se le acercaron. No obstante, un hombre le dijo al perfil ficticio de la menor que los avatares pueden “desnudarse y hacer cosas indescriptibles”. Otros hablaron de “juegos de roles eróticos”.
Tras los hallazgos encontrados por la BBC, la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad hacia los Niños (NSPCC) instó a aplicar mejoras de seguridad de manera urgente: “Son niños expuestos a experiencias completamente inapropiadas, realmente increíblemente dañinas. Este es un producto que es peligroso por diseño, debido a la falta de supervisión y la negligencia. Estamos viendo productos lanzados sin ninguna sugerencia de que se haya considerado la seguridad”.
Un activista de seguridad que se mantiene en anonimato por preservar la seguridad de su familia, dijo saber de casos de niños que dicen que fueron preparados en la plataforma y obligados a participar en sexo virtual y explicó que debido a que la realidad virtual es tan inmersiva, los niños en realidad tienen que representar movimientos sexuales.
Volviendo al testimonio de Jess Sherwood, este externa sentirse sorprendido por lo totalmente inmerso que estás en los espacios. Dice haberse sentido como un niño otra vez. Entonces, “cuando los hombres adultos preguntaban por qué no estaba en la escuela y me animaban a participar en actos sexuales de realidad virtual, se sentía aún más perturbador”.
También describe que “muchas de las habitaciones estaban abiertamente sexualizadas en neón rosa, similar a lo que podrías ver en el barrio rojo de Ámsterdam o en las partes más sórdidas del Soho de Londres por la noche. En el interior, se exhibían juguetes sexuales”.
La narración de lo vivido refiere un ambiente no apto para niños: “todo sobre las habitaciones se siente desconcertante. Hay personajes simulando actos sexuales en el suelo en grandes grupos, hablándose unos a otros como niños jugando a ser parejas adultas. Es muy incómodo, y sus opciones son quedarse y mirar, pasar a otra habitación donde pueda ver algo similar o unirse, lo cual, en muchas ocasiones, me indicaron que hiciera”.
Otras notas que también te pueden interesar:
UNAM encuentra en el metaverso su nuevo modelo educativo
Por qué las NFT son clave para el futuro de la moda en el metaverso
Restaurante virtual con delivery en la vida real, los planes de McDonald’s en metaverso
