El crecimiento de una compañía en un determinado territorio constituye un interés prioritario para todos los retailers. En México, las tiendas afiliadas a la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) invertirán 3 mil 100 millones de dólares en México durante 2018, en la construcción de nuevas tiendas –como objetivo principal– y la remodelación de unidades económicas.
Es probable que en el mercado mexicano se realicen más inversiones de esta dimensión que ninguna otra parte del mundo. Mientras que en otros mercados se concentran en sobrevivir o innovar, en el mercado mexicano las tiendas minoristas están poniendo fin a una etapa dónde los procesos tradicionales eran la norma.
Hoy por hoy, las tiendas minoristas están incorporando plataformas digitales para que sus clientes tengan acceso a novedosas formas de compra; aproximadamente en nuestro país el consumidor mexicano utiliza su smartphone, computadora de escritorio o tablet para accesar a sitios en línea y realizar una compra, según datos de comScore.
Sin duda, la participación en el mercado del comercio electrónico es importante para las tiendas minoristas mexicanas. Sin embargo, quizá una de las preocupaciones más relevantes en estos momentos es la expansión de la competencia; como se mencionó anteriormente, son varias de las tiendas que están apostando por llegar a más lugares del territorio mexicano, con el objetivo de incrementar su participación en el mercado y mantener su competitividad.
Es una idea interesante sobre todo para el desarrollo del sector retail en México. No obstante, es posible que la expansión de los jugadores del sector disguste a muchos. Pero es importante que aquellas compañías que no tengan entre sus planes un crecimiento con nuevas tiendas, que busquen agregar valor a través de rediseñar el concepto de la tienda para hacer más atractiva la experiencia de compra. Sin duda, es uno de los pactos más importantes para mantener la estabilidad en el mercado mexicano.
