Las empresas a diario trabajan en consolidar su oferta de valor, en ese camino realizan cambios y ajustes en sus productos y servicios, le hacen modificaciones a sus modelos de atención y soporte, reinventan sus empaques y materiales, lanzan promociones y comunicación publicitaria, el trabajo es arduo y 360, el ritmo y exigencias requieren de temple y visión.
En la mente fabricamos un concepto originado por todos los atributos que las marcas proponen, en ocasiones ellas dictan una línea pero termina sucediendo otra asociación. Pasa porque el pensamiento es diverso y en tales circunstancias no se gobierna con frenos, sino que se expide un mensaje y este puede tomar caminos insospechados.
Algunos expertos precisan que para lograr marcas ideales en los consumidores se debe conocer a fondo lo que estos desean. El primer paso es entonces la investigación del mercado, luego el articulado de propuestas para luego comerciarlas. En dichos pasos existen intervalos que apoyan la percepción que los clientes se hacen de las marcas, tal es el caso de los nombres (naming), la identidad y aplicaciones (branding), el acercamiento y accesibilidad (los canales de distribución), las promos o ganchos, así como las herramientas publicitarias, las notas, spots, inserciones, espectaculares, etc.
Cuando pienso en marcas como Apple o Disney, se que el trabajo ha sido por un largo rato, en ocasiones queremos que las marcas sean grandiosas de la noche a la mañana, un ingrediente indispensable es la paciencia, otros, la inteligencia, la disciplina y el arrojo.
Es importante subrayan que empresas transnacionales poseen recursos que no se cuentan en los emprendimientos y los negocios modestos, sin embargo, los huecos monetarios se pueden subsanar con la pasión e ingenio.
En el mundo del arte me ha tocado participar de propuestas como “teatro para uno”, a lo que voy es que lo importante es cambiar la cantidad de los ingredientes para desarrollar nuevas opciones.
En mi ciudad hay una empresa que vende equipos de computo y tecnología, al parecer es como cualquier tienda donde encuentras gadgets, pero cuando entras hay cosas que cambian la experiencia de compra: existen asesores que te hablan en cristiano, hay un área para reparación, asesoría y hasta formateo gratuito. La empresa se adapta a ti, a tus tiempos, tus requerimientos y tu lenguaje, con activos como esos, sientes que es la gloria.
Por naturaleza los seres humanos tendemos a la idealización, en los negocios es obra de la publicidad, por tanto, generar materiales que muestren superlativamente los atributos parece ser el camino fácil, sin embargo, enamorar a alguien y mandarlo a la friendzone es la última de las alternativas que se debe tomar. Con los clientes no se juega (lección de vida).
