Descuidar el código de barras
Este error podría costar a la marca pérdidas cuantiosas, ya que tener una barra más delgada, una serie numérica equivocada o una separación entre dígitos incorrecta, puede hacer que toda la producción se tenga que repetir, lo que sin duda afectaría significativamente la inversión y ventas.
Hacer un diseño basado en los intereses de la marca, más no en los del consumidor
Cada estrategia de marketing debe basarse en las necesidades, gustos y deseos del target, por lo que diseñar un packaging que no retome los insights de sus consumidores, no sería bien recibido por ellos, ni considerado para futuras compras.
Diseño que dificulte su portabilidad
Como hemos señalado con anterioridad, el diseño y creatividad del packaging también debe suponer la eficiente portabilidad del mismo, de tal manera que su manejo sea sencillo, lo que daría al envase un valor agregado.
Mensajes poco claros
Hacer un mal empleo del lenguaje, tipografías, así como de los elementos visuales que lo conforman, podrían no dejar claro el mensaje que quieres transmitir y confundir al shopper.
No justificar el rediseño de un packaging
Si se trata de un rediseño, la marca debe hacer clara la razón por la cual se ofrece un nuevo envase. Ya sea que se trate de un lanzamiento, aniversario, evento importante, anunciar un patrocinio, remitirnos a una temporada del año, entre otro tipo de ocasión especial, son motivos que avalan un rediseño.
Que el envase no conecte emocionalmente
Su diseño, además de ser atractivo, también debe establecer una conexión emocional con el consumidor, de tal forma que no escatime en gastar por la compra de un producto, sólo por su packaging.
