Por: Paco Santamaría
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En México nos preocupamos mucho por la forma, el juego de palabras, la primera imagen, el protocolo. Son un conjunto de apariencias que delimitan, enmarcan y dan forma al contenido, ¿pero qué es el contenido? La sustancia, lo que llevamos dentro, la esencia es el fondo. Sin embargo, muchas veces nos quedamos en la forma, en lo bonito, lo que se ve bien, lo que luce, lo que brilla, y ¿el fondo? ¿dónde está el fondo?
Los que comunicamos debemos cuidar esa convergencia de las dos variables. Buscar el sentido y darle belleza al telon de fondo, ser expectadores del fondo y traducirlo al idioma perfecto para transmitir el mensaje. La cuestií²n radica en que ese contenido debe estar en el lugar correcto, en el tiempo correcto, llegar a la persona correcta y por supuesto en la forma correcta.
El que recibe el contenido tiene esperanza, piensa y luego existe para crear edificios, comidas, negocios, puede comerciar y crear circulos virtuosos. Si pasa todo eso, ¿qué pasa con la marca? Se enriquece, crece y se posiciona con el cliente para ser parte de su vida.
Es tan importante la forma como el fondo porque lo que se ve es reflejo del contenido y el mensaje que transmites debe ser pret a porter de acuerdo al mercado. Si tiene un buen contenido y no sabes transmitirlo en el canal adecuado es como si no exisitiera. Sin forma no hay fondo y sin fondo no hay forma. La forma y el fondo se comunican y si no lo hacen no hay mensaje. Si no hay mensaje el presupuesto es mal gastado y se tira a la basura.
