En general, y muy claramente en nuestra industria, son muy frecuentes los fracasos derivados de un mal manejo de mandos. Lo que en un principio tiene vocación de una estrategia exitosa, se convierte en una “papa caliente”.
Delegan los líderes. Quienes bien conocen la experiencia, conocimientos y alcances de su equipo, y se quedan ahí para asesorar cada acción del proceso. Avientan quienes buscan quitarse un peso (una tarea) de encima, pasando “la bolita” para que alguien más realice determinada acción o solucione el problema.
En nuestro campo, el de la mercadotecnia, es muy frecuente como el cliente “avienta” proyectos y estrategias. Desde el mando alto al medio y éste, a su vez, al analista o a la agencia, para que “quede en su cancha”. Ya en la agencia, en muchas ocasiones el brief se avienta nuevamente a determinado equipo con una fecha de entrega, sin más.
Así, de tanto aventar y aventar, nadie se empapa de nada. La idea original, cual juego de teléfono descompuesto, se va deformando hasta perder su esencia. Al final, si los resultados no son los esperados o no sobrepasan las expectativas, quien ejecuta la acción, tiene la culpa, es recriminado porque no entendió bien, porque no sabe cómo hacerlo o implemente, se presume que no tiene la capacidad para llevarlo a cabo. Ese último de la fila, quien no tiene a quien más “aventarle” el trabajo, es el conejillo de indias que paga las consecuencias.
Por otro lado, detrás de una estrategia exitosa, está la ejecución del fino arte de la “delegación”. Saber delegar implica mucho más que dar una orden o asignar una tarea a alguien y olvidarse del asunto. Además, va más allá de un simple acto de “empoderamiento”, pues quien delega, primero plantea un problema o necesidad y expresa el objetivo que debe perseguirse bajo un esquema claro de lo que se espera. Asimismo, quien delega puede hacer el papel de coach, para asegurar el éxito del designio en cuestión.
Esta diferencia es determinante en los medios de comunicación, principalmente en los digitales, que por su naturaleza tienen una comunicación recíproca y ágil entre el emisor y el receptor. Muchas veces, es notorio cuando un mensaje se aventó al Community Manager para ser publicado, o cuando se le delegó un objetivo.
En Event Marketing también la diferencia es clara. Podemos saber si se aventó la instrucción de hacer un evento, o la estrategia se delegó adecuadamente y coincide con lo que se tenía en el plan de marketing.
He aquí el fragmento de una entrevista a Steve Jobs al respecto, que vale la pena repasar: