Los propósitos de Año Nuevo. Para la mayoría representan un nuevo inicio que, eventualmente, se convierte en una bestia que amenaza su zona de confort.
La realidad es que son un buen ejercicio para dar paso a un nuevo comienzo que nos ayude a mejorar en cada aspecto de nuestra persona.
No obstante, es casi un rasgo inherente de la humanidad la dificultad para mantener un compromiso, especialmente con uno mismo.
Para ello, estas claves pueden ayudar a quien realmente desea cumplir sus propósitos de Año Nuevo.
Hacer un cambio a la vez
Nuestra voluntad para hacer algo es el principal fundamento para conseguir nuestras metas. Para ello, sin embargo, es importante ubicar cuáles son los objetivos que pueden alcanzarse de manera más inmediata y hacerlos primero, esto de acuerdo a nuestra capacidad y (de nuevo) a nuestra voluntad. Los cambios más significativos son paulatinos y no se logran de la noche a la mañana.
Evitar los absolutos
Debemos, por otro lado, reconocer la realidad, nuestra voluntad tiene un límite, en particular al enfrentar a nuestro “rebelde sin causa” interno. Los cambios no deben ser restricciones absolutas, sino pasos pequeños hacia una gran meta. En lugar de decir “dejaré de comer todas las grasas”, empecemos por decir “dejaré de comer mi dona matutina” y así sucesivamente.
Reconoce tus éxitos (aunque parezcan insignificantes)
El camino a una meta puede ser largo y tortuoso, pero una manera de mantenerse en él es recordar lo que hemos logrado en el pasado. No importa que para nosotros parezca insignificante levantarnos temprano por la mañana para ir a trabajar; es un motivador reconocer que lo hacemos y podemos hacerlo cuando otros no pueden o, sencillamente, no quieren.
Mantener el humor
Aunque parezca trivial, el humor es uno de los pilares que mantiene nuestra actitud (o espíritu, si así puede llamársele) en alto y listo para enfrentar cualquier obstáculo. Ver o leer una comedia o simplemente escuchar música que nos agrada es importante para no decaer en el camino.
