Una de las bondades que ofrece el Below the line a los marketeros es que pueden aprovechar el espacio de las tiendas para ejecutar diferentes acciones que acerquen a los consumidores con los productos. Una activación, degustación, material POP, promociones, entre otras, nunca están de más en los puntos de venta.
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Los clientes de la tienda The North Face en California, por ejemplo, fueron sorprendidos con una activación BTL patrocinada por la empresa estadounidense a fin de consentir a sus clientes y acercarlos más a la marca.
Todo inició cuando los compradores entraban a una clase de vestidor giratorio. Cuando ellos abrían la puerta para ver cómo les quedó la ropa se encontraban con un ambiente totalmente distinto: La cara norte de una montaña cubierta de hielo con mensajes que los invitaba a ser parte de lo que sería una experiencia congelante.
Los consumidores tenían que sacar de un cubo de hielo gigante el vestuario característico que promueve la tienda californiana. A contrarreloj, los consumidores fueron sumergidos en toda una aventura, títulada “Nunca dejes de explorar”.
